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Alimentación Ecológica

Alimentación Ecológica

Una alternativa para el ambiente y la salud

La Alimentación Ecológica es aquella que tiene como base los alimentos orgánicos, que se definen como productos agrícolas o agroindustriales que se producen bajo un conjunto de procedimientos denominados “orgánicos”. Estos productos se cultivan siguiendo métodos que tienen como propósito evitar el uso de insumos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales. Se trata de alimentos que no presenten ninguna modificación genética y que se hayan cultivado respetando el medio ambiente.

La producción de alimentos orgánicos tiene como punto de partida el surgimiento del Movimiento de Agricultura Orgánica en la década de los  años 1940, bajo la denominación de “Revolución Verde”, en respuesta a la industrialización de la producción agrícola. Actualmente la agricultura orgánica es una industria fuertemente regulada, que en países como Japón, Canadá o la Unión Europea requiere certificaciones especiales para poder comercializar sus productos.

Respecto a los beneficios de la Alimentación Ecológica, quienes la impulsan explican que al no contener conservantes o aditivos de origen químico, se evita el consumo de productos que pueden resultar peligrosos para la salud y se previenen enfermedades, ya que el organismo asimila de forma óptima los nutrientes de estos alimentos. Además, éstos no son tratados con pesticidas  y se convierten en bloqueadores de residuos tóxicos que generalmente estimulan el desarrollo de enfermedades como el cáncer y la incidencia de alergias relacionadas con ciertos productos químicos.

Otro elemento a tomar en cuenta sobre la alimentación ecológica es que está formada por alimentos que no tienen modificación genética, que es una condición que genera posibles peligros por la falta de control, así como la carencia de conocimientos de las algunas reacciones del organismo ante una nueva estructura molecular. Además, tampoco existe una garantía 100% de que no puedan representar un peligro para las personas, al menos con algunos alimentos.

Se discute que el sabor de los alimentos no está relacionado con su cultivo orgánico. No obstante, si se toma como ejemplo el caso de una manzana, su sabor es muy inferior al que pueda ofrecer una manzana de cultivo ecológico, aunque su aspecto no sea tan perfecto. A esto se le agrega que esta fruta en su estado orgánico es más nutritiva y presenta mayores contenidos de vitaminas y minerales. También destaca que la actual situación climática, es la sostenibilidad que presentan los cultivos ecológicos con su entorno, el medio ambiente es respetado, no se contamina, no se vierten a la tierra determinados residuos y el ahorro energético es superior al del cultivo de producción.

Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Las definiciones orgánicas
La Unión Europea asume los conceptos de  orgánico, ecológico y biológico para los productos agrícolas y ganaderos destinados a la alimentación humana o animal. Éstos se consideran sinónimos y su uso está protegido y regulado por los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008. Los prefijos “eco” y “bio” también están protegidos y regulados en todos los idiomas de la Unión. Así, en cada país hay costumbre de usar uno u otro término. Por ejemplo, en España está más extendido el uso de ecológico, en Portugal y Francia se usa más el término biológico (en francés biologique), mientras que en el Reino Unido se utiliza más orgánico (organic en inglés).

Los productores de alimentos orgánicos están obligados a usar únicamente ciertos agroquímicos autorizados y no se pueden utilizar para su producción semilla o plantas transgénicas. Los cultivos orgánicos son fertilizados habitualmente con compost, polvos minerales y otras sustancias de origen orgánico. Entre los métodos agrícolas tradicionalmente utilizados están el sistema de terrazas o de barreras naturales para evitar la erosión de los suelos, rotación de cultivos o plantado de leguminosas. Pueden además presentar otras cualidades como un empaquetado ecológico para su disposición al consumidor final.

Las pretensiones de una mayor seguridad de los alimentos orgánicos se han basado mayoritariamente en la presencia de residuos de pesticidas. Estas preocupaciones están motivadas por los hechos de que, primero, exposiciones masivas y agudas a pesticidas pueden provocar efectos adversos significativos sobre la salud, segundo, que algunos productos alimenticios han sido contaminados ocasionalmente con pesticidas, lo que puede resultar en una toxicidad aguda, y tercero, que la mayoría, si no toda, la comida vendida comercialmente contiene cantidades traza de pesticidas agrícolas. No obstante, una exposición crónica a las cantidades de trazas de pesticidas encontrados en la comida debe resultar en una toxicidad demostrable y esta posibilidad es prácticamente imposible de estudiar y cuantificar.

Alrededor de la Alimentación Ecológica han surgido ciertas controversias. Por una parte, los alimentos orgánicos son promocionados por ciertos sectores que ven en la agricultura convencional un método insostenible de producción o consideran que la producción orgánica es más sana. En la mayoría de los casos, los rendimientos de los cultivos orgánicos son entre moderadamente y sustancialmente menores que en el caso de la agricultura convencional pudiendo llegar a ser hasta la mitad, y sólo pudiendo igualar los rendimientos convencionales en casos muy concretos, por lo que para producir la misma cantidad de comida, sería necesario reclamar una mayor cantidad de bosques y espacios naturales.

Por otra parte, no existen suficientes evidencias científicas para afirmar que el consumo de productos biológicos repercuta en un mayor beneficio para la salud. La mayoría de los estudios realizados sobre las diferencias entre alimentos orgánicos y convencionales concluyen que no existen diferencias nutricionales o de salud significativas para la salud entre alimentos “bio” y alimentos clásicos, ya que las dosis de pesticidas o plaguicidas presentes en los productos “no orgánicos” son ínfimas y las repercusiones sobre el organismo difíciles de evaluar.

A favor de los orgánicos se indican beneficios de tipo ambiental, un mayor favorecimiento a pequeños productores locales (típicamente principales productores de la agricultura biológica) y el evitar la manipulación de productos químicos peligrosos por parte de los agricultores (la exposición crónica o a altas concentraciones de ciertos pesticidas puede ocasionar daños del sistema nervioso, riñones, hígado y cerebro).

La evidencia sobre diferencias sustanciales entre los alimentos orgánicos y los alimentos convencionales es insuficiente para afirmar que los alimentos orgánicos son más seguros o más saludables que los alimentos convencionales. En lo que respecta al sabor la evidencia también es insuficiente para realizar afirmaciones científicas de que los alimentos orgánicos tienen mejor sabor.

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