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Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

UNA FILOSOFÍA DE PROTECCIÓN ANIMAL Y A NOSOTROS MISMOS

La alimentación vegetariana, surge con el vegetarianismo o vegetarismo. Se trata de un régimen alimentario que tiene como principio la abstención en el consumo de productos  de origen animal, como el huevo, la leche, la gelatina o la miel. Con frecuencia, la dieta vegetariana no se reduce únicamente a la nutrición, ya que es probable que también se adopte una actitud y un estilo de vida que rechaza otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana; igualmente, se puede tender a una alimentación apoyada en principios ecologistas y naturistas.

Las palabras «vegetariano» y «vegetarianismo» aparecieron con la primera asociación vegetariana del mundo, la Vegetarian Society, fundada el 30 de septiembre de 1847 en Mánchester, Estados Unidos; por lo que antes de esa fecha tales palabras no aparecen en ningún escrito y a falta de ellas se habla de «dieta vegetal» o «dieta pitagórica» (debido a que los seguidores de Pitágoras seguían dietas vegetarianas).

Los vegetarianos aducen varios argumentos para justificar su dieta. Algunos señalan que se abstienen de ingerir carne por consideraciones de salud. Otros, lo hacen por preocupación por el medio ambiente. Están también quienes se oponen al consumo de productos de origen animal por razones éticas, así como aquellos que lo hacen sobre la base de motivos de índole religiosa (por ejemplo hindúes o budistas).

La dieta vegetariana, por motivaciones éticas está relacionada con la defensa de los derechos de los animales. Las personas que dejan a un lado el especismo, que es  discriminación contra quienes no están clasificados como pertenecientes a una o más especies determinadas, se denominan antiespecistas, y si no utilizan animales en sus vidas cotidianas, directa o indirectamente, son llamadas veganas. Este tipo de vegetarianos consideran reprochable la muerte del animal, y sobre todo su maltrato y explotación o especulación como bien, con el único fin de producir productos para el consumo humano.

Los vegetarianos estiman que el consumo de carne es producto de una elección voluntaria y por lo tanto puede ser rechazada y aun así llevar una dieta saludable. También consideran que el alimento que se dedica a engordar a los animales destinados a la alimentación, podría alcanzar para alimentar a todas las personas del mundo. En ese sentido, un estudio publicado en la revista estadounidense PETA, en ese país el 80 % del maíz y el 95 % de la avena que se cultivan son destinados al alimento de animales.

Por esto, la dieta vegetariana no puede contemplarse solo en términos de nutrición, sino que también conforma una actitud y estilo de vida, ya que es probable que un vegetariano rechace otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana al igual que puede tender a apoyar su dieta alimenticia por razones ecológicas y naturalistas. Los hinduístas y budistas más estrictos, así como los jainistas estrictos reprueban el consumo de animales, en parte por seguir la sabia normativa de la ahimsa (no violencia) ya que, como el cristianismo preconizado por Francisco de Asís, todos los seres son hermanos y deben ser solidarios; sin embargo, cuando las situaciones extremas (por ejemplo la hambruna entre los humanos) algunos hinduístas y buddhistas o budistas aceptan el consumo de pescado siempre y cuando esos pescados por naturaleza no críen a su prole, tal cual lo ha expresado Indra Devi en los años 1980 de Argentina.

En la dieta vegetariana se acepta la cocción de los alimentos y el consumo de productos refinados (los más comunes son el azúcar y la harina), además de pastas blancas, frituras y alimentos en conserva o a los que se le han añadido colorantes o preservadores.

Hay distintos tipos y grados de prácticas vegetarianas. Quienes no admiten ninguna ingesta de productos derivados de los animales (como huevo o lácteos) son denominados vegetarianos estrictos o vegetarianos puros. Aquellos que sí consumen leche, se conocen como lactovegetarianos, mientras quienes consumen huevos son denominados ovovegetarianos. Las personas que consumen ambos productos, ovolactovegetarianos, y quienes ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos, se denominan veganos. Otro grupo lo forman quienes sólo se alimentan de fruta, los cuales  practican el frugivorismo; también los Apivegetarianismo, formado por quienes consumen miel. El prefijo api- también puede ser empleado en las demás definiciones, por ejemplo: api-ovo-lacto-vegetarianismo, apiovovegetarianismo, api-lacto-vegetarianismo.

Filosóficamente, están los seguidores del Veganismo, guiados por un pensamiento que excluye todo producto de origen animal, incluidos huevos, lácteos y miel. Los practicantes del veganismo (del inglés vegan) por motivos éticos, tienen una dieta vegetariana estricta y también evitan el uso de productos de origen animal en el resto de ámbitos de su vida. Asimismo, están quienes se identifican como Crudívoros, ya que  siguen una alimentación vegetariana en la que se consumen productos crudos, o ligeramente tibios, que no han sido calentados por encima de 46,7 °C (116 °F), y nunca cocidos. Los consumidores de productos crudos argumentan que el cocinar destruye las enzimas y porciones de los nutrientes, aunque algunos creen que el cuerpo asimila mejor ciertos alimentos si estos se encuentran ligeramente tibios y por ende más blandos. Otros activan las enzimas de los alimentos mojándolos en agua antes de consumirlos.

Vegetales entre  SI y NO

La dieta vegetariana tiene sus Sí y No cuando de beneficios al organismo se trata. Entre los beneficios están el bajo aporte de grasas saturadas que contienen los productos de origen animal, así como el nulo aporte de colesterol que sólo se encuentra en el reino animal. Además, con la dieta vegetariana se consume mayor cantidad de fibra,  más aun de cereales integrales, lo cual se ha asociado a una menor prevalencia de cáncer de próstata y colon. Otros beneficios están en su poder cardioprotector y su ayuda para prevenir la obesidad.

Un punto en contra de esta dieta está en su mala interpretación y práctica, ya que un vegetariano puede comer a diario fideos y patatas fritas con refresco, lo cual implicaría no incluir alimentos de origen animal pero al mismo tiempo, no incluir vitaminas, minerales ni fibra, entonces los beneficios de la dieta vegetariana quedarían limitados.

Además, algunas personas tienen más riesgos que otras siendo vegetarianas, ya que su salud podría estar amenazada si sufren de carencias de algunos micronutrientes, ya que el alto consumo de fibra puede impedir una correcta absorción de minerales y además, algunos nutrientes son escasos o nulos en el reino vegetal. Por ejemplo: la vitamina B12 se obtiene de productos cárnicos únicamente, por lo tanto, los vegetarianos pueden tener carencia de la misma y sufrir anemia como consecuencia de su déficit. Para obtenerla se puede recurrir a suplementos o a la incorporación de algas a la dieta diaria que adquieren vitamina B12 por síntesis bacteriana y por contaminación. Otro de los riesgos es sufrir carencia de hierro, porque el hierro de origen vegetal no se absorbe fácilmente y esto puede predisponer a anemias.

Por otra parte, el ácido graso Omega 3 es el gran destacado en los pescados, por eso los vegetarianos deben tener alternativas para incorporar este tipo de ácidos grasos buenos a su dieta, por ejemplo: por medio de aceite de oliva o de frutos secos. Además, las proteínas son siempre de origen vegetal y se sabe que las más completas y de mejor calidad nutricional son justamente de origen animal, por ello los vegetarianos deben cuidar su ingesta combinando alimentos que se complementan por carecer de aminoácidos esenciales algunos y otros no. Es el caso de las legumbres con los cereales que forman una combinación perfecta para obtener una proteína completa como la de la carne si se consumen juntas.

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