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Alimentos para pensar mejor

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EL CEREBRO MERECE UNA DIETA BALANCEADA

El cerebro es el gran director del cuerpo humano. Está formado por millones de neuronas que responden a un sinfín de impulsos que vienen del exterior. Su funcionamiento es tan complejo, que hasta la fecha siguen existiendo más dudas que certezas sobre el alcance de su poderío. Lo que sí está certificado es que una dieta variada y completa en ciertos nutrientes, como el omega-3 (salmón, sardinas o atún), contribuye a que el rendimiento intelectual de una persona sea mayor.

Un estudio de la Universidad de Oxford, liderado por  Alexandra Richardson, concluye que “los ácidos grasos omega-3 son muy importantes para las funciones del cerebro, como también lo son otros nutrientes imprescindibles que hay que vigilar, como el hierro, el yodo y la vitamina B12, que interactúan en el desarrollo cognitivo y de los que, parte de la población, puede presentar carencias. Se ha visto, por ejemplo, que cuando las personas tienen una anemia ferropénica o niveles de yodo o de vitamina B12 muy bajos, acaban estando afectadas sus funciones neuronales, de concentración o de asimilación”.

Al respecto, la nutricionista Alma Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España y el neurocientífico Fernando Gómez-Pinilla, catedrático de la Universidad de California, coinciden en que “lo que tiene de especial el omega-3, particularmente un componente que se llama DHA, es que es parte de la estructura original del cerebro. Resulta que las membranas, que son como las capas externas de las células nerviosas, también están hechas de esa sustancia. No en su totalidad, pero en parte de su estructura sí tienen DHA, que es muy importante para muchas funciones cognitivas”.

Los especialistas destacan el poder nutricional para el cerebro que tienen un grupo de alimentos y actividades que se deben combinar. Por ejemplo, el ejercicio físico para ayudar a este importante órgano  a robustecerse de omega-3 e incluso a formarlo a pesar de que no venga de la dieta. Los expertos señalan que cuando se trata de cuidar la dieta para una estupenda salud mental, se deben consumir varios alimentos, sin concentrarse en uno por el hecho de que sea potente. La recomendación está en asumir una dieta equilibrada. Además, recordar que hay muchos alimentos positivos, que al exagerarse su consumo, se transforman en negativos.

Entre los alimentos que hacen grandes aportes a la función cerebral está el brócoli, considerado la estrella de la vitamina K, junto con las coles de Bruselas y las verduras de hoja verde, los cuales han dado resultados muy positivos no solo en su  conocida e indispensable función en la coagulación de la sangre, sino también en tratamientos para el Alzheimer. Una investigación de la Universidad de Montreal en Canadá demostró que las personas mayores que presentaban más presencia de vitamina K1 elaboraban mejores discursos, progresaban en su expresión verbal y poseían mayor retención de la información.

Las almendras y las nueces, por su parte, se llevan el galardón de alimentos hipercompletos. Ambas contienen precursores de omega-3, vitamina E y magnesio, que permiten mantener el nivel de concentración durante un tiempo, sin que luego haya un bajón rápido, como podría suceder después de tomar un piscolabis con azúcar. Además, aportan gran cantidad de proteínas que, entre otras cosas, estimulan las llamadas neuronas orexinas, que se encargan de mantener despiertas y atentas a las personas.

Asimismo, están algunos frutos rojos, como los arándanos y las fresas, grandes aliados para aumentar la atención y fijar la memoria. Las pesquisas de la doctora e investigadora Elizabeth Devore, profesora de la Harvard Medical School en Boston, afirmaron que la ingesta constante de estas frutas ayuda a frenar la pérdida de memoria. Y las investigaciones del doctor Jeremy Spencer, de la Reading University en Inglaterra, constataron que los arándanos propiciaban la concentración durante varias horas.

Otros nutrientes cerebrales son los frutos secos, los cuales aportan diversos minerales y vitaminas, entre ellos, fósforo, magnesio, potasio, vitaminas del complejo B y vitamina E. Estos frutos son aliados para mantener una buena salud cardiovascular, lo que se traduce en un correcto aporte de sangre y oxígeno a todos los órganos, sin dejar de mencionar, por supuesto, al cerebro. Igualmente, el aguacate, fruto que posee propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y deterioro precoz de la salud. Además, contiene omega 3, ideal para proteger al cerebro del desgaste prematuro.

Los tomates son otros aliados cerebrales, ya que contienen una sustancia llamada licopeno, que, gracias a sus propiedades antioxidantes, ha demostrado ser útil a la hora de la prevención de muchas enfermedades, entre ellas, varios tipos de cáncer y accidente cerebro-vascular. Además, las semillas de Chia, que favorecen el funcionamiento de las neuronas y mejoran la actividad cerebral. Es considerada la mayor fuente de omega 3 que se consigue en la naturaleza. Previene el envejecimiento de los tejidos, manteniendo las funciones intactas por más tiempo.

No puede quedar rezagado el aceite de oliva, el cual posee poderosos efectos antioxidantes de protección para los tejidos, evita el daño causado por los denominados radicales libres que llevan a las diferentes enfermedades como el caso del cáncer. De igual forma, posee grasas saludables que ayudan a proteger al corazón, logrando una óptima circulación sanguínea y consiguiendo nutrir a todas las células del cuerpo para que puedan funcionar correctamente.

Por supuesto que los pescados también figuran en los aportantes energéticos del cerebro, ya que son una fuente rica de fósforo. Este mineral ayuda a fortalecer el cerebro, especialmente, mejorando la memoria. Consumir periódicamente pescados, sobre todo el azul, por su alto contenido de omega 3, ayudará a proteger la salud del corazón y del cerebro. Se trata de un gran antioxidante, que ayuda a prevenir las enfermedades del corazón y las que afectan al cerebro. Además, ayuda a preservar la memoria, evita el daño, causado por el paso del tiempo, manteniendo protegidas las células.

También, vale mencionar al cacao, que consumido con moderación puede ayudar en la buena salud del cerebro, ya que contiene antioxidantes que evitan el envejecimiento prematuro del organismo y sus células, a la vez de prevenir enfermedades del corazón. Asimismo es rico en magnesio, un mineral que ayuda en la nutrición del sistema nervioso.

Una limpieza de oxidación
El cerebro es descrito por los neurocientíficos como “plástico, flexible, pero no eterno, porque con los años sufre un deterioro inevitable”. Esto hace que su consumo energético sea muy elevado, ya que casi todos estos procesos de producción de energía producen mucho estrés oxidativo”. Es aquí donde aparece otro elemento importante en la dieta que se debe tener en cuenta: los flavonoides, unos pigmentos naturales de los vegetales cuya capacidad como antioxidante libera y limpia el cerebro de toda esa oxidación a la que se le somete solo por el mero hecho de funcionar.

Los flavonoides se encuentran en las manzanas y los cítricos. Investigaciones realizadas por el profesor Adam Brickman, de la Universidad de Columbia en Nueva York, han descubierto que los flavonoides del chocolate negro poseen también un potencial revitalizante en cerebros, ya desgastados por la edad. “El efecto es el mismo provenga de donde provenga, pero si hay que ponerle a un paciente una dieta más rica en flavonoides, no le diría que se atiborrara a chocolate negro, también tendría que incorporar a su dieta manzanas, naranjas, uvas, té verde, bayas y frutas rojas, que son más saludables. Porque lo que hay que mirar siempre es el efecto final del contenido global de un alimento. Cuanto más completo y saludable sea en su totalidad, mejor”, aclara el catedrático.

Se debe evaluar cuando el cerebro está demandando una dosis extra de estos supernutrientes para seguir con la inteligencia a pleno rendimiento. Para cubrir las necesidades de hierro se recomienda incorporar a la dieta carnes rojas y vegetales verdes, especialmente, espinacas, muy ricas también en ácido fólico, que ayuda a frenar el deterioro cognitivo; para mantener óptimo el estado del yodo, basta con una cucharadita de sal yodada al día (la que se usa para cocinar), y en el caso de esa vitamina tan importante que es la B12, conviene consumir a diario un vaso de leche o dos, carne, pescado (preferiblemente azul), huevo, frutas y verduras. Si además se combina todo semanalmente con cereales, legumbres, frutos secos y lácteos, sin olvidar una abundante hidratación con agua, el cerebro irá a mil por hora.

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