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Alimentos para pensar mejor

EL CEREBRO MERECE UNA DIETA BALANCEADA

El cerebro es el gran director del cuerpo humano. Está formado por millones de neuronas que responden a un sinfín de impulsos que vienen del exterior. Su funcionamiento es tan complejo, que hasta la fecha siguen existiendo más dudas que certezas sobre el alcance de su poderío. Lo que sí está certificado es que una dieta variada y completa en ciertos nutrientes, como el omega-3 (salmón, sardinas o atún), contribuye a que el rendimiento intelectual de una persona sea mayor.

Un estudio de la Universidad de Oxford, liderado por  Alexandra Richardson, concluye que “los ácidos grasos omega-3 son muy importantes para las funciones del cerebro, como también lo son otros nutrientes imprescindibles que hay que vigilar, como el hierro, el yodo y la vitamina B12, que interactúan en el desarrollo cognitivo y de los que, parte de la población, puede presentar carencias. Se ha visto, por ejemplo, que cuando las personas tienen una anemia ferropénica o niveles de yodo o de vitamina B12 muy bajos, acaban estando afectadas sus funciones neuronales, de concentración o de asimilación”.

Al respecto, la nutricionista Alma Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España y el neurocientífico Fernando Gómez-Pinilla, catedrático de la Universidad de California, coinciden en que “lo que tiene de especial el omega-3, particularmente un componente que se llama DHA, es que es parte de la estructura original del cerebro. Resulta que las membranas, que son como las capas externas de las células nerviosas, también están hechas de esa sustancia. No en su totalidad, pero en parte de su estructura sí tienen DHA, que es muy importante para muchas funciones cognitivas”.

Los especialistas destacan el poder nutricional para el cerebro que tienen un grupo de alimentos y actividades que se deben combinar. Por ejemplo, el ejercicio físico para ayudar a este importante órgano  a robustecerse de omega-3 e incluso a formarlo a pesar de que no venga de la dieta. Los expertos señalan que cuando se trata de cuidar la dieta para una estupenda salud mental, se deben consumir varios alimentos, sin concentrarse en uno por el hecho de que sea potente. La recomendación está en asumir una dieta equilibrada. Además, recordar que hay muchos alimentos positivos, que al exagerarse su consumo, se transforman en negativos.

Entre los alimentos que hacen grandes aportes a la función cerebral está el brócoli, considerado la estrella de la vitamina K, junto con las coles de Bruselas y las verduras de hoja verde, los cuales han dado resultados muy positivos no solo en su  conocida e indispensable función en la coagulación de la sangre, sino también en tratamientos para el Alzheimer. Una investigación de la Universidad de Montreal en Canadá demostró que las personas mayores que presentaban más presencia de vitamina K1 elaboraban mejores discursos, progresaban en su expresión verbal y poseían mayor retención de la información.

Las almendras y las nueces, por su parte, se llevan el galardón de alimentos hipercompletos. Ambas contienen precursores de omega-3, vitamina E y magnesio, que permiten mantener el nivel de concentración durante un tiempo, sin que luego haya un bajón rápido, como podría suceder después de tomar un piscolabis con azúcar. Además, aportan gran cantidad de proteínas que, entre otras cosas, estimulan las llamadas neuronas orexinas, que se encargan de mantener despiertas y atentas a las personas.

Asimismo, están algunos frutos rojos, como los arándanos y las fresas, grandes aliados para aumentar la atención y fijar la memoria. Las pesquisas de la doctora e investigadora Elizabeth Devore, profesora de la Harvard Medical School en Boston, afirmaron que la ingesta constante de estas frutas ayuda a frenar la pérdida de memoria. Y las investigaciones del doctor Jeremy Spencer, de la Reading University en Inglaterra, constataron que los arándanos propiciaban la concentración durante varias horas.

Otros nutrientes cerebrales son los frutos secos, los cuales aportan diversos minerales y vitaminas, entre ellos, fósforo, magnesio, potasio, vitaminas del complejo B y vitamina E. Estos frutos son aliados para mantener una buena salud cardiovascular, lo que se traduce en un correcto aporte de sangre y oxígeno a todos los órganos, sin dejar de mencionar, por supuesto, al cerebro. Igualmente, el aguacate, fruto que posee propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y deterioro precoz de la salud. Además, contiene omega 3, ideal para proteger al cerebro del desgaste prematuro.

Los tomates son otros aliados cerebrales, ya que contienen una sustancia llamada licopeno, que, gracias a sus propiedades antioxidantes, ha demostrado ser útil a la hora de la prevención de muchas enfermedades, entre ellas, varios tipos de cáncer y accidente cerebro-vascular. Además, las semillas de Chia, que favorecen el funcionamiento de las neuronas y mejoran la actividad cerebral. Es considerada la mayor fuente de omega 3 que se consigue en la naturaleza. Previene el envejecimiento de los tejidos, manteniendo las funciones intactas por más tiempo.

No puede quedar rezagado el aceite de oliva, el cual posee poderosos efectos antioxidantes de protección para los tejidos, evita el daño causado por los denominados radicales libres que llevan a las diferentes enfermedades como el caso del cáncer. De igual forma, posee grasas saludables que ayudan a proteger al corazón, logrando una óptima circulación sanguínea y consiguiendo nutrir a todas las células del cuerpo para que puedan funcionar correctamente.

Por supuesto que los pescados también figuran en los aportantes energéticos del cerebro, ya que son una fuente rica de fósforo. Este mineral ayuda a fortalecer el cerebro, especialmente, mejorando la memoria. Consumir periódicamente pescados, sobre todo el azul, por su alto contenido de omega 3, ayudará a proteger la salud del corazón y del cerebro. Se trata de un gran antioxidante, que ayuda a prevenir las enfermedades del corazón y las que afectan al cerebro. Además, ayuda a preservar la memoria, evita el daño, causado por el paso del tiempo, manteniendo protegidas las células.

También, vale mencionar al cacao, que consumido con moderación puede ayudar en la buena salud del cerebro, ya que contiene antioxidantes que evitan el envejecimiento prematuro del organismo y sus células, a la vez de prevenir enfermedades del corazón. Asimismo es rico en magnesio, un mineral que ayuda en la nutrición del sistema nervioso.

Una limpieza de oxidación
El cerebro es descrito por los neurocientíficos como “plástico, flexible, pero no eterno, porque con los años sufre un deterioro inevitable”. Esto hace que su consumo energético sea muy elevado, ya que casi todos estos procesos de producción de energía producen mucho estrés oxidativo”. Es aquí donde aparece otro elemento importante en la dieta que se debe tener en cuenta: los flavonoides, unos pigmentos naturales de los vegetales cuya capacidad como antioxidante libera y limpia el cerebro de toda esa oxidación a la que se le somete solo por el mero hecho de funcionar.

Los flavonoides se encuentran en las manzanas y los cítricos. Investigaciones realizadas por el profesor Adam Brickman, de la Universidad de Columbia en Nueva York, han descubierto que los flavonoides del chocolate negro poseen también un potencial revitalizante en cerebros, ya desgastados por la edad. “El efecto es el mismo provenga de donde provenga, pero si hay que ponerle a un paciente una dieta más rica en flavonoides, no le diría que se atiborrara a chocolate negro, también tendría que incorporar a su dieta manzanas, naranjas, uvas, té verde, bayas y frutas rojas, que son más saludables. Porque lo que hay que mirar siempre es el efecto final del contenido global de un alimento. Cuanto más completo y saludable sea en su totalidad, mejor”, aclara el catedrático.

Se debe evaluar cuando el cerebro está demandando una dosis extra de estos supernutrientes para seguir con la inteligencia a pleno rendimiento. Para cubrir las necesidades de hierro se recomienda incorporar a la dieta carnes rojas y vegetales verdes, especialmente, espinacas, muy ricas también en ácido fólico, que ayuda a frenar el deterioro cognitivo; para mantener óptimo el estado del yodo, basta con una cucharadita de sal yodada al día (la que se usa para cocinar), y en el caso de esa vitamina tan importante que es la B12, conviene consumir a diario un vaso de leche o dos, carne, pescado (preferiblemente azul), huevo, frutas y verduras. Si además se combina todo semanalmente con cereales, legumbres, frutos secos y lácteos, sin olvidar una abundante hidratación con agua, el cerebro irá a mil por hora.

Alimentación Ecológica

Una alternativa para el ambiente y la salud

La Alimentación Ecológica es aquella que tiene como base los alimentos orgánicos, que se definen como productos agrícolas o agroindustriales que se producen bajo un conjunto de procedimientos denominados “orgánicos”. Estos productos se cultivan siguiendo métodos que tienen como propósito evitar el uso de insumos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales. Se trata de alimentos que no presenten ninguna modificación genética y que se hayan cultivado respetando el medio ambiente.

La producción de alimentos orgánicos tiene como punto de partida el surgimiento del Movimiento de Agricultura Orgánica en la década de los  años 1940, bajo la denominación de “Revolución Verde”, en respuesta a la industrialización de la producción agrícola. Actualmente la agricultura orgánica es una industria fuertemente regulada, que en países como Japón, Canadá o la Unión Europea requiere certificaciones especiales para poder comercializar sus productos.

Respecto a los beneficios de la Alimentación Ecológica, quienes la impulsan explican que al no contener conservantes o aditivos de origen químico, se evita el consumo de productos que pueden resultar peligrosos para la salud y se previenen enfermedades, ya que el organismo asimila de forma óptima los nutrientes de estos alimentos. Además, éstos no son tratados con pesticidas  y se convierten en bloqueadores de residuos tóxicos que generalmente estimulan el desarrollo de enfermedades como el cáncer y la incidencia de alergias relacionadas con ciertos productos químicos.

Otro elemento a tomar en cuenta sobre la alimentación ecológica es que está formada por alimentos que no tienen modificación genética, que es una condición que genera posibles peligros por la falta de control, así como la carencia de conocimientos de las algunas reacciones del organismo ante una nueva estructura molecular. Además, tampoco existe una garantía 100% de que no puedan representar un peligro para las personas, al menos con algunos alimentos.

Se discute que el sabor de los alimentos no está relacionado con su cultivo orgánico. No obstante, si se toma como ejemplo el caso de una manzana, su sabor es muy inferior al que pueda ofrecer una manzana de cultivo ecológico, aunque su aspecto no sea tan perfecto. A esto se le agrega que esta fruta en su estado orgánico es más nutritiva y presenta mayores contenidos de vitaminas y minerales. También destaca que la actual situación climática, es la sostenibilidad que presentan los cultivos ecológicos con su entorno, el medio ambiente es respetado, no se contamina, no se vierten a la tierra determinados residuos y el ahorro energético es superior al del cultivo de producción.

Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Las definiciones orgánicas
La Unión Europea asume los conceptos de  orgánico, ecológico y biológico para los productos agrícolas y ganaderos destinados a la alimentación humana o animal. Éstos se consideran sinónimos y su uso está protegido y regulado por los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008. Los prefijos “eco” y “bio” también están protegidos y regulados en todos los idiomas de la Unión. Así, en cada país hay costumbre de usar uno u otro término. Por ejemplo, en España está más extendido el uso de ecológico, en Portugal y Francia se usa más el término biológico (en francés biologique), mientras que en el Reino Unido se utiliza más orgánico (organic en inglés).

Los productores de alimentos orgánicos están obligados a usar únicamente ciertos agroquímicos autorizados y no se pueden utilizar para su producción semilla o plantas transgénicas. Los cultivos orgánicos son fertilizados habitualmente con compost, polvos minerales y otras sustancias de origen orgánico. Entre los métodos agrícolas tradicionalmente utilizados están el sistema de terrazas o de barreras naturales para evitar la erosión de los suelos, rotación de cultivos o plantado de leguminosas. Pueden además presentar otras cualidades como un empaquetado ecológico para su disposición al consumidor final.

Las pretensiones de una mayor seguridad de los alimentos orgánicos se han basado mayoritariamente en la presencia de residuos de pesticidas. Estas preocupaciones están motivadas por los hechos de que, primero, exposiciones masivas y agudas a pesticidas pueden provocar efectos adversos significativos sobre la salud, segundo, que algunos productos alimenticios han sido contaminados ocasionalmente con pesticidas, lo que puede resultar en una toxicidad aguda, y tercero, que la mayoría, si no toda, la comida vendida comercialmente contiene cantidades traza de pesticidas agrícolas. No obstante, una exposición crónica a las cantidades de trazas de pesticidas encontrados en la comida debe resultar en una toxicidad demostrable y esta posibilidad es prácticamente imposible de estudiar y cuantificar.

Alrededor de la Alimentación Ecológica han surgido ciertas controversias. Por una parte, los alimentos orgánicos son promocionados por ciertos sectores que ven en la agricultura convencional un método insostenible de producción o consideran que la producción orgánica es más sana. En la mayoría de los casos, los rendimientos de los cultivos orgánicos son entre moderadamente y sustancialmente menores que en el caso de la agricultura convencional pudiendo llegar a ser hasta la mitad, y sólo pudiendo igualar los rendimientos convencionales en casos muy concretos, por lo que para producir la misma cantidad de comida, sería necesario reclamar una mayor cantidad de bosques y espacios naturales.

Por otra parte, no existen suficientes evidencias científicas para afirmar que el consumo de productos biológicos repercuta en un mayor beneficio para la salud. La mayoría de los estudios realizados sobre las diferencias entre alimentos orgánicos y convencionales concluyen que no existen diferencias nutricionales o de salud significativas para la salud entre alimentos “bio” y alimentos clásicos, ya que las dosis de pesticidas o plaguicidas presentes en los productos “no orgánicos” son ínfimas y las repercusiones sobre el organismo difíciles de evaluar.

A favor de los orgánicos se indican beneficios de tipo ambiental, un mayor favorecimiento a pequeños productores locales (típicamente principales productores de la agricultura biológica) y el evitar la manipulación de productos químicos peligrosos por parte de los agricultores (la exposición crónica o a altas concentraciones de ciertos pesticidas puede ocasionar daños del sistema nervioso, riñones, hígado y cerebro).

La evidencia sobre diferencias sustanciales entre los alimentos orgánicos y los alimentos convencionales es insuficiente para afirmar que los alimentos orgánicos son más seguros o más saludables que los alimentos convencionales. En lo que respecta al sabor la evidencia también es insuficiente para realizar afirmaciones científicas de que los alimentos orgánicos tienen mejor sabor.

Alimentación Vegetariana

UNA FILOSOFÍA DE PROTECCIÓN ANIMAL Y A NOSOTROS MISMOS

La alimentación vegetariana, surge con el vegetarianismo o vegetarismo. Se trata de un régimen alimentario que tiene como principio la abstención en el consumo de productos  de origen animal, como el huevo, la leche, la gelatina o la miel. Con frecuencia, la dieta vegetariana no se reduce únicamente a la nutrición, ya que es probable que también se adopte una actitud y un estilo de vida que rechaza otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana; igualmente, se puede tender a una alimentación apoyada en principios ecologistas y naturistas.

Las palabras «vegetariano» y «vegetarianismo» aparecieron con la primera asociación vegetariana del mundo, la Vegetarian Society, fundada el 30 de septiembre de 1847 en Mánchester, Estados Unidos; por lo que antes de esa fecha tales palabras no aparecen en ningún escrito y a falta de ellas se habla de «dieta vegetal» o «dieta pitagórica» (debido a que los seguidores de Pitágoras seguían dietas vegetarianas).

Los vegetarianos aducen varios argumentos para justificar su dieta. Algunos señalan que se abstienen de ingerir carne por consideraciones de salud. Otros, lo hacen por preocupación por el medio ambiente. Están también quienes se oponen al consumo de productos de origen animal por razones éticas, así como aquellos que lo hacen sobre la base de motivos de índole religiosa (por ejemplo hindúes o budistas).

La dieta vegetariana, por motivaciones éticas está relacionada con la defensa de los derechos de los animales. Las personas que dejan a un lado el especismo, que es  discriminación contra quienes no están clasificados como pertenecientes a una o más especies determinadas, se denominan antiespecistas, y si no utilizan animales en sus vidas cotidianas, directa o indirectamente, son llamadas veganas. Este tipo de vegetarianos consideran reprochable la muerte del animal, y sobre todo su maltrato y explotación o especulación como bien, con el único fin de producir productos para el consumo humano.

Los vegetarianos estiman que el consumo de carne es producto de una elección voluntaria y por lo tanto puede ser rechazada y aun así llevar una dieta saludable. También consideran que el alimento que se dedica a engordar a los animales destinados a la alimentación, podría alcanzar para alimentar a todas las personas del mundo. En ese sentido, un estudio publicado en la revista estadounidense PETA, en ese país el 80 % del maíz y el 95 % de la avena que se cultivan son destinados al alimento de animales.

Por esto, la dieta vegetariana no puede contemplarse solo en términos de nutrición, sino que también conforma una actitud y estilo de vida, ya que es probable que un vegetariano rechace otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana al igual que puede tender a apoyar su dieta alimenticia por razones ecológicas y naturalistas. Los hinduístas y budistas más estrictos, así como los jainistas estrictos reprueban el consumo de animales, en parte por seguir la sabia normativa de la ahimsa (no violencia) ya que, como el cristianismo preconizado por Francisco de Asís, todos los seres son hermanos y deben ser solidarios; sin embargo, cuando las situaciones extremas (por ejemplo la hambruna entre los humanos) algunos hinduístas y buddhistas o budistas aceptan el consumo de pescado siempre y cuando esos pescados por naturaleza no críen a su prole, tal cual lo ha expresado Indra Devi en los años 1980 de Argentina.

En la dieta vegetariana se acepta la cocción de los alimentos y el consumo de productos refinados (los más comunes son el azúcar y la harina), además de pastas blancas, frituras y alimentos en conserva o a los que se le han añadido colorantes o preservadores.

Hay distintos tipos y grados de prácticas vegetarianas. Quienes no admiten ninguna ingesta de productos derivados de los animales (como huevo o lácteos) son denominados vegetarianos estrictos o vegetarianos puros. Aquellos que sí consumen leche, se conocen como lactovegetarianos, mientras quienes consumen huevos son denominados ovovegetarianos. Las personas que consumen ambos productos, ovolactovegetarianos, y quienes ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos, se denominan veganos. Otro grupo lo forman quienes sólo se alimentan de fruta, los cuales  practican el frugivorismo; también los Apivegetarianismo, formado por quienes consumen miel. El prefijo api- también puede ser empleado en las demás definiciones, por ejemplo: api-ovo-lacto-vegetarianismo, apiovovegetarianismo, api-lacto-vegetarianismo.

Filosóficamente, están los seguidores del Veganismo, guiados por un pensamiento que excluye todo producto de origen animal, incluidos huevos, lácteos y miel. Los practicantes del veganismo (del inglés vegan) por motivos éticos, tienen una dieta vegetariana estricta y también evitan el uso de productos de origen animal en el resto de ámbitos de su vida. Asimismo, están quienes se identifican como Crudívoros, ya que  siguen una alimentación vegetariana en la que se consumen productos crudos, o ligeramente tibios, que no han sido calentados por encima de 46,7 °C (116 °F), y nunca cocidos. Los consumidores de productos crudos argumentan que el cocinar destruye las enzimas y porciones de los nutrientes, aunque algunos creen que el cuerpo asimila mejor ciertos alimentos si estos se encuentran ligeramente tibios y por ende más blandos. Otros activan las enzimas de los alimentos mojándolos en agua antes de consumirlos.

Vegetales entre  SI y NO

La dieta vegetariana tiene sus Sí y No cuando de beneficios al organismo se trata. Entre los beneficios están el bajo aporte de grasas saturadas que contienen los productos de origen animal, así como el nulo aporte de colesterol que sólo se encuentra en el reino animal. Además, con la dieta vegetariana se consume mayor cantidad de fibra,  más aun de cereales integrales, lo cual se ha asociado a una menor prevalencia de cáncer de próstata y colon. Otros beneficios están en su poder cardioprotector y su ayuda para prevenir la obesidad.

Un punto en contra de esta dieta está en su mala interpretación y práctica, ya que un vegetariano puede comer a diario fideos y patatas fritas con refresco, lo cual implicaría no incluir alimentos de origen animal pero al mismo tiempo, no incluir vitaminas, minerales ni fibra, entonces los beneficios de la dieta vegetariana quedarían limitados.

Además, algunas personas tienen más riesgos que otras siendo vegetarianas, ya que su salud podría estar amenazada si sufren de carencias de algunos micronutrientes, ya que el alto consumo de fibra puede impedir una correcta absorción de minerales y además, algunos nutrientes son escasos o nulos en el reino vegetal. Por ejemplo: la vitamina B12 se obtiene de productos cárnicos únicamente, por lo tanto, los vegetarianos pueden tener carencia de la misma y sufrir anemia como consecuencia de su déficit. Para obtenerla se puede recurrir a suplementos o a la incorporación de algas a la dieta diaria que adquieren vitamina B12 por síntesis bacteriana y por contaminación. Otro de los riesgos es sufrir carencia de hierro, porque el hierro de origen vegetal no se absorbe fácilmente y esto puede predisponer a anemias.

Por otra parte, el ácido graso Omega 3 es el gran destacado en los pescados, por eso los vegetarianos deben tener alternativas para incorporar este tipo de ácidos grasos buenos a su dieta, por ejemplo: por medio de aceite de oliva o de frutos secos. Además, las proteínas son siempre de origen vegetal y se sabe que las más completas y de mejor calidad nutricional son justamente de origen animal, por ello los vegetarianos deben cuidar su ingesta combinando alimentos que se complementan por carecer de aminoácidos esenciales algunos y otros no. Es el caso de las legumbres con los cereales que forman una combinación perfecta para obtener una proteína completa como la de la carne si se consumen juntas.

Alimentos funcionales

NUTRIENTES PREVENTIVOS DE ENFERMEDADES

Los Alimentos Funcionales (AF) son aquellos elaborados no sólo por sus características nutricionales, sino también para cumplir una función específica en el organismo,  como  mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades. A estos alimentos se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia o antioxidantes, entre otros. A esta operación de añadir nutrientes exógenos se le denomina también fortificación, lo cual es considerado un campo emergente de la ciencia alimentaria con amplias posibilidades de investigación. Entre los logros más mencionados en la literatura científica y en el marketing de los productos alimenticios se encuentra la mejora de las funciones gastrointestinales, el aporte de sistemas redox y antioxidante, así como la modificación  del metabolismo de macronutrientes.

El concepto de alimentos funcionales nació en Japón, en la década de los años 80, cuando las autoridades sanitarias de este país advirtieron que para controlar los gastos sanitarios, generados por la mayor esperanza de vida de la población anciana, había que garantizar también una mejor calidad de vida. Así, se introdujo un nuevo concepto de alimentos, que se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.

Los alimentos funcionales no han sido definidos hasta el momento por la legislación europea, ya que se considera que son aquellos que se consumen como parte de una dieta normal y que ofrecen beneficios para la salud. No obstante, en respuesta al creciente interés sobre este tipo de alimentos, han aparecido nuevos productos y ahora el interés se centra en la necesidad de establecer normas y directrices que regulen su desarrollo y publicidad.

La principal función de la dieta es aportar los nutrientes necesarios para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas, pero además existen cada vez más pruebas científicas que apoyan la hipótesis de que ciertos alimentos, así como algunos de sus componentes tienen efectos físicos y psicológicos beneficiosos, gracias al aporte de los nutrientes básicos. La ciencia de la nutrición ha evolucionado a partir de conceptos clásicos, como evitar las deficiencias de nutrientes y la suficiencia nutricional básica, a los conceptos de nutrición “positiva” u “óptima”.

En ese sentido, las investigaciones han pasado a centrarse más en la identificación de componentes biológicamente activos en los alimentos, que ofrezcan la posibilidad de mejorar las condiciones físicas y mentales, así como de reducir el riesgo a contraer enfermedades. Se ha descubierto que muchos productos alimenticios tradicionales, como las frutas, las verduras, la soya, los granos enteros y la leche contienen componentes que pueden resultar beneficiosos para la salud. Además de éstos, se están desarrollando nuevos alimentos que añaden o amplían componentes beneficiosos, por las ventajas que suponen para la salud y sus convenientes efectos psicológicos.

Legalización de un concepto de dieta medicinal
En Europa, ha aumentado considerablemente el interés de los consumidores por conocer la relación que existe entre la dieta y la salud. Hoy en día, la gente reconoce en mayor medida, que llevar un estilo de vida sano, incluida la dieta, puede contribuir a reducir el riesgo de padecer enfermedades y dolencias, y a mantener el estado de salud y bienestar. El apoyo que se está dando a la importancia de alimentos como las frutas, las verduras y los cereales integrales en la prevención de enfermedades, así como las últimas investigaciones sobre los antioxidantes dietéticos y sobre la combinación de sustancias protectoras en plantas, está contribuyendo a impulsar el desarrollo del mercado de los alimentos funcionales en Europa.

La necesidad de contar con alimentos que sean más beneficiosos para la salud, también se ve apoyada por los cambios socioeconómicos y demográficos que se están dando en la población. El aumento de la esperanza de vida, que tiene como consecuencia el incremento de la población anciana y el deseo de gozar de una mejor calidad de vida, así como el aumento de los costes sanitarios, han potenciado que los gobiernos, los investigadores, los profesionales de la salud y la industria alimenticia busquen la manera de controlar estos cambios de forma más eficaz.

Actualmente, existe una gran variedad de alimentos a disposición de los consumidores, pero  la prioridad es identificar qué alimentos funcionales pueden mejorar la salud y el bienestar y reducir el riesgo o retrasar la aparición de importantes enfermedades, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la osteoporosis. Si los alimentos funcionales se combinan con un estilo de vida sano, pueden contribuir de forma positiva a mejorar la salud y el bienestar.

Desde finales del siglo XX las autoridades sanitarias de todo el mundo expresan preocupación  respecto a la educación del consumidor sobre el consumo y las propiedades atribuidas a los alimentos funcionales. Oficialmente se le exige a la población que el consumo de estos alimentos sea parte de una dieta equilibrada y en ningún caso como un substituto de la misma. A pesar de este crecimiento en la demanda, la comunidad científica mundial se encuentra evaluando la idoneidad para la salud humana del consumo de este tipo de alimentos, sobre todo si se consideran consumos a largo plazo.

Quienes defienden los postulados de la alimentación funcional, sostienen que la misma cubre un amplio espectro de posibilidades que pueden ir desde simples cereales y sus productos lácteos diversos, hasta pasar por alimentos de diseño. Debido a esa diversidad y a la falta de una denominación legal sobre este tipo de alimentación, se han creado múltiples definiciones al respecto, permitiendo hablar de alimentos de diseño, nutracéuticos, alicamentos y farmalimentos, los cuales pueden considerarse prácticos, pero con matices distintos.

Sin embargo, algunas agencias internacionales y organismos gubernamentales de algunos países encargados de vigilar la salud alimentaria, como el el Food Information Council (FIC),   han redactado pequeñas definiciones genéricas sobre la alimentación funcional, coincidiendo en que “son aquellos alimentos que proporcionan beneficios para la salud más allá de la nutrición básica”. Este concepto ha servido de base para que en el séptimo programa marco de la Unión Europea se hiciera hincapié en la necesidad de acciones de investigación, desarrollo tecnológico y demostración científica.

¿Cuándo un alimento se convierte en funcional?

  1. El proceso de fortificar o hacer que un alimento sea funcional se concreta si en su preparación se cumplen estas operaciones:
  2. Eliminación de un componente alimenticio conocido como causante o determinante de una enfermedad. Ejemplos pueden ser las proteínas alergénicas de ciertos alimentos, la eliminación de la lactosa de ciertos productos lácteos.
  3. Incremento en la concentración de un componente alimenticio. Esta operación de fortificación, o añadidura de un componente activo, hace que la dosis diaria del mismo se acerque a las recomendaciones de los organismos reguladores, lo que a la larga redundará en una disminución de riesgos de enfermedad.
  4. Adición de un componente que no está presente en la mayoría de los alimentos. No necesariamente debe ser un macronutriente o un micronutriente.
  5. Reemplazo de macronutrientes. Por regla general un macronutriente (como puede ser la grasa).
  6. Incrementando la biodisponibilidad o estabilidad de un componente conocido con el objeto de producir un efecto funcional o reducir la aparición de enfermedades.
Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Algunos de los alimentos funcionales se han diseñado para cubrir ciertos aspectos que se traducen en beneficios gastrointestinales, cuyas funciones incluyen aquellas que están asociadas a la microflora bacteriana en el colon, mediar en la actividad endocrina del tracto gastrointestinal, actuar sobre la actividad inmune del tracto, control de la biodisponibilidad (sobre todo de minerales) y control del tiempo de tránsito. También son Sistemas redox y antioxidante, los cuales requieren un insumo balanceado de antioxidantes y (pro-) vitaminas,  así como de componentes alimentarios, tales como los polifenoles y otros antioxidantes naturales de origen vegetal. Las actividades redox y la protección antioxidante son muy importantes para las células y tejidos y su desequilibrio se asocia con la aparición de diversas enfermedades.

Los alimentos funcionales también actúan en el metabolismo de macronutrientes, el cual es específico del metabolismo de carbohidratos, metabolismo de aminoácidos, y ácidos grasos. De igual forma, ayudan al feto a través de un componente fundamental para la nutrición como el ácido fólico. Otro elemento está en actuar sobre el metabolismo xenobiótico y su modulación mediante componentes no-nutritivos, tal y como algunos fitoquímicos. Por último, tienden a modificar el humor y la capacidad psicológica.

En conclusión, los alimentos funcionales, consumidos como parte de una dieta equilibrada y acompañados de un estilo de vida saludable, ofrecen la posibilidad de mejorar la salud y/o prevenir ciertas enfermedades. El tema de las alegaciones de salud cada vez se considera más importante, y la opinión generalizada es que sería necesario un marco regulador dentro de la Unión Europea para proteger a los consumidores, fomentar el comercio justo y potenciar la innovación de productos dentro de la industria alimentaria. El mayor reto para los científicos actualmente y en el futuro será investigar las posibilidades en cuanto a nutrición y estudiar la relación existente entre un alimento o uno de sus componentes y la mejora del estado de salud y bienestar o la disminución de enfermedades. Es también vital comunicar a los consumidores los beneficios que suponen para su salud, de manera que estén bien informados para poder escoger mejor los alimentos que consumen.

Alimentación sana

LA CLAVE PARA UNA VIDA EQUILIBRADA

La alimentación sana o saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana. Una de las características fundamentales de este tipo de alimentación es ser variada, ya que de esta forma asegura la incorporación y aprovechamiento de todos los nutrientes que necesita el organismo para crecer y vivir saludablemente. Las recomendaciones nutricionales de los expertos, indican que para tener  una alimentación sana y equilibrada, se deben consumir Hidratos de Carbono, entre el 50 y el 60% de las calorías totales de la dieta; Proteínas, de 12 a 15%; y Grasas, entre el 25 y el 30%.

En la alimentación sana se incorpora los distintos nutrientes y grupos de alimentos, en las cantidades y frecuencias adecuadas, de acuerdo con las necesidades de cada persona en los distintos momentos evolutivos.  La primera clave para una alimentación sana y equilibrada es que los niños y niñas coman todo tipo de alimentos.

La variedad en el consumo de alimentos es también la base del equilibrio de ésta, lo cual indica que  una buena nutrición es una condición indispensable para un desarrollo físico, psíquico y social adecuado del individuo. Por esto, la buena alimentación en los primeros años de vida es muy importante por varias razones. En primer lugar, porque los niños y niñas que se nutren de forma sana y equilibrada tienen un adecuado desarrollo físico e intelectual. En segundo lugar, porque en estos primeros años de vida se adquieren muchos hábitos y rutinas, incluidos los de alimentación, que lo acompañarán el resto de la vida.

Según los tipos de nutrientes que contengan, los alimentos se dividen en dos grandes grupos: Macronutrientes, los que tienen hidratos de carbono, proteínas y grasas, y Micronutrientes, que tienen vitaminas y minerales. Todos los nutrientes son importantes, aunque tienen funciones diferentes. Algunos alimentos tienen una función plástica, porque ayudan a construir el armazón del cuerpo y a formar los tejidos de las masas musculares, a través de proteínas de buena calidad y elementos minerales, en especial el calcio.

Alimentación macrobiótica

Alimentación macrobiótica

Otros alimentos tienen una función energética, aportando las calorías necesarias para desarrollar las actividades diarias, a través de los hidratos de carbono y las grasas. Algunos de los alimentos con un contenido elevado de estos nutrientes son:

  • Proteínas: Se encuentran en leche y derivados; carnes de pollo, cerdo, vacuno, cordero y conejo; carnes transformadas (salchichas, embutidos, charcutería); huevos; pescados grasos (caballa, boquerón, bonito) y magros (pescadilla, lenguado, merluza); legumbres (garbanzos, alubias, lentejas); frutos secos (nueces, almendras, avellanas); cereales (trigo, arroz, maíz); patata, zanahoria, judías verdes, guisantes, pimiento, tomate.
  • Hidratos de carbono: Están en arroz, pan, pastas, patatas, legumbres; azúcar, mermelada, miel, frutas y dulces en general.
    Grasas: Presentes en aceites (de oliva, girasol); frutos secos (nueces, almendras, avellanas y cacahuetes; aguacate.
  • Minerales: Tres minerales especialmente importantes en la dieta son el calcio, el hierro y el yodo. El calcio se encuentra en productos lácteos (leche, queso, yogur, batidos, postres lácteos en general) y pescados (boquerones, sardinillas en conserva, y otros.); el hierro en hígado, riñones, carne de vacuno, yema de huevo, moluscos (mejillón), legumbres, frutos secos, pasas, ciruelas secas y cereales de desayuno; y el yodo en pescados marinos y sal yodada.
  • Vitaminas: Se encuentran en verduras (zanahoria, pimiento rojo y verde, tomate, coliflor, repollo); frutas (naranja, kiwi, fresa, fresón, albaricoque, melocotón, pera, manzana, melón); carnes y pescados variados; huevos y productos lácteos.

Los beneficios de comer bien
Una alimentación sana contribuye en gran medida a mantener la salud y el bienestar de una persona. Por un lado, seleccionar los alimentos y las cantidades correctas promueve la salud física; por otro, comer también puede suponer una experiencia placentera que repercute positivamente sobre el bienestar psicológico y mental.

A la hora de alimentarse de forma sana y contribuir de esa forma a preservar la salud, resulta de ayuda tener en cuenta algunos principios básicos. Para llevar una alimentación saludable es fundamental ingerir suficiente líquido cada día. Beber una cantidad adecuada, al menos 2 litros diarios, sirve para compensar la pérdida de líquido del organismo. Lo idóneo es optar por agua mineral, zumos de fruta mezclados con agua e infusiones sin azúcar. En determinadas circunstancias puede existir una necesidad incrementada de líquido, por ejemplo en caso de fiebre, vómitos, diarrea o por una actividad física intensa.

Una alimentación saludable requiere varias raciones de verduras y frutas cada día. De esta forma se garantiza el aporte de nutrientes relevantes como las vitaminas. También los productos a base de cereales, por ejemplo el pan, la pasta, el arroz, los copos de cereales y las patatas deben consumirse a diario. La leche y los lácteos son otro componente que durante muchos años se ha considerado clave dentro de una dieta sana por considerarlo como la fuente de calcio más importante. Sin embargo, muchos estudios actuales revelan que el consumo de lácteos puede ser perjudicial para la salud y que el alto contenido de fósforo de la leche de la vaca impide que gran parte del calcio que contiene la leche no pueda ser depositado en los huesos. Además, debido a que en la mayoría de los casos la leche tiene un contenido elevado de grasa, es otro dato más que orienta a que deben consumirse con moderación, al igual que la carne, o bien buscar alimentos que los sustituyan y eliminarlos de la dieta.

La cantidad de grasas y aceites en la alimentación debe ser inferior a la de los hidratos de carbono. Tanto grasas como aceites proporcionan una valiosa contribución a la salud, dado su alto valor energético y su consiguiente nivel calórico elevado han de tomarse en pequeñas porciones y sin excederse. Por regla general, lo que se recomienda es elegir cada día alimentos de todos los grupos para contar con un aporte óptimo de todos los nutrientes importantes y garantizar una dieta saludable. Los dulces con alto contenido en azúcares y grasas y los aperitivos salados, por su parte, solo deben suponer un pequeño porcentaje de la alimentación.
Una persona bien alimentada tiene más oportunidades de desarrollarse plenamente, vivir con salud, aprender y trabajar mejor y protegerse de enfermedades. Alimentarse saludablemente, además de mejorar la calidad de vida en todas las edades, ha demostrado prevenir el desarrollo de enfermedades como obesidad, diabetes, enfermedades cardio y cerebrovasculares, hipertensión arterial, dislipemia, osteoporosis, algunos tipos de cáncer, anemia e infecciones.

Para comer sano se recomienda distribuir los alimentos en cuatro comidas principales y dos colaciones, moderar el tamaño de las porciones, consumir por día dos frutas y tres porciones de verduras de todo tipo y color, preferiblemente crudas.  En el almuerzo y en la cena, la mitad del plato que sean verduras y de postre una  fruta, incorporar legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas, consumir carnes rojas o blancas (pollo o pescado) no más de 5 veces por semana, cocinar sin sal, ya que es válido reemplazarla por perejil, albahaca, tomillo, romero y otros   condimentos. Además, evitar el uso del salero en la mesa y limitar  el consumo de azúcar y alcohol.

Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Alimentación macrobiótica

EL YIN Y EL YANG DEL PALADAR

La Alimentación Macrobiótica define una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang. Consiste en una adaptación de las tradiciones culinarias de Extremo Oriente, donde alimentación, medicina e incluso espiritualidad a menudo se presentan solapadas. Sin embargo Aun así, los principios de este tipo de alimentación se aplican en la mayoría de las cocinas ancestrales del mundo entero, incluso en las occidentales. Por ejemplo, el hecho de tomar cereales y otras gramíneas como alimento de base, bajo forma de grano o de harina.

La Alimentación Macrobiótica llegó a Europa procedente de Japón, a partir de los años treinta. El responsable de expandir esa ideología alimentaria fue el filósofo japonés, George Ohsawa (1893–1966), inspirado por las enseñanzas del doctor Sagen Ishizuka y los discípulos de éste Nishibata Manabu y Shojiro Gotoque. América también conoció la teoría macrobiótica en los años cincuenta, gracias a este filósofo, cuyos pupilos Herman Aihara, Cornelia Aihara, Tomio Kikuchi, Michio Kushi y Aveline Kushi y posteriormente los alumnos de éstos, la difundieron.

“La macrobiótica consiste en una enseñanza global que tiene como objetivo final el desarrollo del juicio o entendimiento humano. Desde este punto de vista, se la puede considerar como una técnica de evolución personal, de la misma manera que el yoga, el budō japonés en su esencia o las diversas disciplinas espirituales.”  es.wikipedia.org

Los promotores de la macrobiótica explican que ésta es una enseñanza global que tiene como objetivo final el desarrollo del juicio o entendimiento humano. Desde este punto de vista, se la puede considerar como una técnica de evolución personal, de la misma manera que el yoga, el budō japonés en su esencia o las diversas disciplinas espirituales. Al respecto,  George Ohsawa consideraba que tras la mentalidad ancestral oriental hay un “principio único” o “principio universal” que permite captar de manera eficaz el funcionamiento del mundo, ayudando en la práctica a comprender y asumir las vicisitudes de la vida.

Este principio es el de la complementariedad entre el Yin y el Yang: dos “fuerzas”, antagonistas pero inseparables, que constituyen la manifestación del Uno o el Todo. Según esta visión, todas las cosas de este mundo están regidas por la dinámica permanente entre estas dos fuerzas. Y esta dinámica constituiría “las leyes de la vida” o, como Ohsawa la denominaba, el “orden del Universo”.

La filosofía oriental define el cuerpo, el pensamiento y el espíritu como partes de un todo. Por eso Ohsawa explica que si se come según este principio, el organismo entero se armoniza (en primer lugar, físicamente y después, mentalmente) haciendo que el entendimiento se vuelva más claro, capaz de percibir mejor la realidad. Así, el hecho de que una alimentación como ésta pueda mejorar poco o mucho el estado de salud, permite que también se la pueda considerar como un mero “higiene de vida” o régimen “sano”.

El filósofo japonés Por otra parte, frecuentemente utilizaba la palabra “macrobiótica” para designar, de manera genérica, un comportamiento que según él corresponde a una actitud “justa” (es decir, en acuerdo con las “leyes de la naturaleza”). Por ejemplo, calificaba al cristianismo o al budismo de “enseñanzas macrobióticas”, así como a ciertas personas que, sin conocer Yin y Yang, han captado intuitivamente este mecanismo o bien que han conseguido vivir de una manera “libre” e “independiente”, “realizando sus sueños unos tras otros”.

También utilizaba el calificativo “macrobiótico” para definir a las medicinas que toman en cuenta la totalidad, contribuyendo al desarrollo global del individuo, y que se interesan en curar las causas profundas de la enfermedad y no solamente los síntomas. En conclusión, se puede definir la “manera macrobiótica de comer” de diversas maneras, todas ellas correctas: como un camino de desarrollo personal global, que permite mejorar el estado de conciencia, como un régimen bueno para la salud o incluso como una medicina natural; todo depende del nivel en el cual se la sitúa.

Principios del equilibrio gastronómico

En el sentido netamente filosófico, la Alimentación Macrobiótica es una aplicación biológica y fisiológica del principio del Yin y el Yang, según el cual todo está equilibrado por estas dos fuerzas, respetando, en cada caso, una proporción determinada. Para Ohsawa y sus predecesores, el equilibrio del organismo humano sería de cinco Yin por un Yang (esta relación correspondería a la de la presencia del sodio -Yin- y el potasio -Yang- en la composición de nuestra sangre). El principio de una buena alimentación sería, pues, el de tomar alimentos que respeten esta proporción para que sean bien asimilables.

En macrobiótica se considera que el proceso de asimilación de los alimentos consiste en un mecanismo de descomposición realizado a través de la digestión: Las sustancias ingeridas se descomponen hasta la extracción de cada elemento molecular para ser introducidos en la sangre, la cual alimentará cada célula del organismo. En consecuencia, todo alimento demasiado alejado de esta composición fija de la sangre necesitará un esfuerzo digestivo más importante, y el organismo deberá fatigarse con el fin de transformarlo, cosa que, a la larga, puede acabar causando las enfermedades.

De esta manera, los alimentos se clasifican, según estas dos categorías Yin o Yang, con el fin de equilibrarlos para permitir que se acerquen  más  a esta relación de 5/1 que la sangre necesita, uno los yanguizará (eliminará el exceso de Yin) a través de diferentes técnicas culinarias, como la cocción, la adición de sal y otros, o los yinizará (eliminará el exceso de Yang) gracias a la fermentación, la maceración.

Este método se aproximaría, de hecho, al de cualquier cocina hecha con “sentido común”: tradicionalmente, de una manera intuitiva, se equilibra una chuleta (Yang) con patatas (Yin), ensalada (Yin) y/o alcohol (Yin). La macrobiótica pretende hacer tomar conciencia del mecanismo que considera subyacente a este fenómeno para poder ser más precisos en caso de necesidad.
Por otra parte, este tipo de alimentación también quiere atraer la atención sobre el siguiente hecho: tal como cuando se bebe demasiado alcohol el pensamiento o juicio se modifica, cualquier sustancia introducida en el organismo, incluyendo todos los alimentos, produciría el mismo efecto; así, el consumo habitual de ciertos alimentos provocaría angustias, otros agresividad, otros agudizarían la capacidad de concentración, otros la debilitarían y más.

La Alimentación Macrobiótica busca proporcionar la mayor libertad posible, el camino para alcanzarla reclama, de manera dialéctica, una cierta concentración previa. Esta concentración debería propiciar una toma de conciencia que permita captar la importancia de la alimentación en tanto que es base de toda manifestación de vida: sin alimentación no hay vida; la calidad de la alimentación determina la calidad de la forma de vida. Una vez realizada esta toma de conciencia, se obtendría la libertad de actuar en verdadero conocimiento de causa por lo que respecta a la alimentación.

Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Para alcanzar este objetivo, uno de los leitmotiv que el filósofo George Ohsawa utilizaba para resumir este sistema alimenticio y de vida, era la noción de vivere parvo, es decir, “vivir de forma pobre” o “vivir sólo con lo que es necesario”. La actitud que se desprende se puede traducir a través de unos principios básicos:

  • -Comer tan sólo cuando se tiene hambre y sólo la cantidad necesaria (o ser consciente de que, fuera de eso, el resto son excesos, aunque sean bien placenteros y a menudo ciertamente necesarios).
    -Tomar alimentos provenientes del medio en el que se vive y de temporada (éstos nos corresponderán de una manera más armoniosa, ya que el ser humano, como los alimentos, también es un producto de su medio).
  • -Evitar tomar demasiadas cosas extremadamente Yin con el fin de favorecer la fortificación del sistema nervioso autónomo (que se considera que constituye la base de un sistema inmunitario eficaz).
  • -Tomar alimentos lo menos manipulados posible (integrales, sin abonos ni productos químicos, aunque gracias a las manipulaciones culinarias los efectos de estas sustancias puedan ser parcialmente equilibrados), sobre todo si se trata de productos animales.
  • -Masticar concienzudamente cada bocado (Gandhi dijo que “se deben masticar las bebidas y se deben beber los alimentos” y discernir en cada caso por qué se come (¿para crecer? ¿Por placer? ¿Para curarse? ¿Para evolucionar espiritualmente?…)
  • -A través del estudio de Yin y Yang aplicado a la alimentación, se puede situar cada alimento en relación a las diferentes necesidades u objetivos del individuo. Por ejemplo, para realizar trabajos que necesitan mucha fuerza física no se comerán las mismas cosas que cuando se realiza un trabajo sedentario; tampoco se tomará lo mismo cuando se es un bebé o un abuelo, ni cuando se está enfermo o en buena salud.
  • -Eso implica una noción fundamental, la de que “cada uno tiene que encontrar su macrobiótica”: se debe comprender, practicar y verificar por sí mismo, ya que cada caso es particular y que todo cambia en permanencia. La noción esencial que caracteriza esta enseñanza es la de non credo, es decir, “no creer ciegamente”.

Cardamomo

Grano del Paraíso para la salud

    Se llama cardamomo a tres géneros (Amomum, Aframomum, Elettaria) de hierbas perennes de la familia de las Zingiberaceae, que pueden alcanzar hasta 4 metros de altura. Esta planta fue empleada por primera vez hacia el año 700 en la India meridional, se importó a Europa hacia el año 1200. En la actualidad se cultiva también en Nepal, Tailandia y América Central, siendo Guatemala el mayor productor mundial.

El cardamomo, también conocido como “grano del paraíso” es el fruto de una planta con el mismo nombre. Esta planta, de la cual se consumen solamente sus semillas, es originaria de la India y Sri-Lanka, contiene varias semillitas que se han consumido desde antes de la era cristiana, poseen muy variados usos tanto en la salud como en la cocina, los cuales lo convierten en una de las especies de mayor valor a nivel mundial, aunque ahora su precio se ha reducido como consecuencia de una sobreproducción mundial.

Se recolectan sobre todo en las plantaciones comerciales al sur de India y en Sri Lanka, entre los meses de octubre y diciembre de cada año. En Sur y Centroamérica se conoce por lo general con el nombre degranado del paraíso, en México domina el nombre de cardamomo. En Guatemala se cultiva Cardamomo en el área de las Verapaces. Es exportado a países del Medio Oriente y la India.
Entre sus componentes activos de esta planta, se encuentra  un 4% de aceite volátil incluido  terpineol, cineol, limoneno, sabineno, pineno, almidón y ácidos grasos. Gracias a estos ingredientes, el cardamomo es carminativa (favorece la expulsión de los gases del tubo digestivo), estimulante, antiespasmódica, sialagoga (provoca la secreción de saliva), orexígena (produce apetito) y aromática. Igualmente, se puede emplear para tratar la dispepsia o indigestión flatulenta y aliviar los dolores retortijantes y los cólicos. Además, se agrega a los purgantes como condimento carminativo, ayuda a combatir la halitosis (mal aliento), y puede contrarrestar la diarrea.

Esta hierba debe prepararse en infusión para ingerirse. Se vierte una taza de agua hirviendo sobre 1 cucharadita de semillas recién machacadas y se deja reposar durante quince minutos. La dosis es de una taza tres veces al día, y para tratar la flatulencia o la inapetencia, es necesario beberla media hora antes de las comidas. Asimismo, puede tomarse en forma de vino caliente como reconstituyente y utilizarse en polvo, tintura o varias preparaciones farmacológicas como aceites y extractos líquidos.
Picante para el arroz

Además, el cardamomo es muy utilizado culinariamente, sobre todo en India, para darle sabor picante a las comidas a base de arroz. Los árabes lo utilizan en el café y se considera que tiene efectos afrodisíacos. Se emplea en la gastronomía de India y en la asiática en la elaboración de currys, arroces, postres, pasteles, panes, bollos, galletas y como aroma para bebidas como el té. En los países escandinavos se emplea en bollos y galletas junto con clavo, jengibre y canela.

En algunos países de Oriente Medio, el café y el cardamomo se muelen y tuestan juntos en un mihbaz. En algunas culturas, el molerlo representa un ritual acompañado de cantos y bailes. También se usa para el mal aliento después de cada comida. Otra práctica común en Egipto y otros países del entorno, consiste en añadir al café semillas de cardamomo enteras antes de hervirlo. Posteriormente se agrega un poco de agua fría para que decante el café molido y se extraen las semillas de cardamomo. Le confiere al café propiedades cordiales (tónico cardíaco) y carminativas (antiflatulento).    En América Central, específicamente en Guatemala, se utiliza para elaborar una goma de mascar (chicle) con sabor a cardamomo. En el Estado mexicano de Chiapas se hace un preparado de pox (bebida alcohólica tradicional maya) con estas semillas.

A pesar de ser una especia obtenida de plantas, el cardamomo contiene aceites esenciales necesarios en el organismo para su correcto funcionamiento. Además, no se pueden olvidar las dosis de almidón que contiene y que lo convierten en un alimento nutritivo y energético. Otra propiedad por la cual es recomendable su consumo, en que contiene muy buenas cantidades de fibra que ayudan a mantener una regularidad intestinal.

El cardamomo, además de nutrientes, aporta otra infinidad de beneficios medicinales y curativos encaminados a mejorar la salud. Esta especia tiene una serie de efectos estimulantes que ayudan a mantener más activas y alertas a las personas, al igual que contiene propiedades antiespasmódicas, sirve para aliviar los dolores y el malestar causado por las hemorroides, a causa de su poder antiinflamatorio que además ayuda a afrontar mejor las posibles infecciones que se produzcan en el organismo.

El cardamomo también es muy apreciado por mitigar el mal olor corporal, tanto el producido por la sudoración como el mal aliento. Es igualmente un  diurético que ayuda a mantener un sistema urinario en perfectas condiciones y a evitar la retención de líquidos. Precisamente este efecto diurético lo convierte en aliado de personas que padecen artritis, pues ayudará a evitar la acumulación de líquido en la parte afectada. Asimismo, es un buen acelerador del metabolismo, que ayuda a quemar más calorías y mantener el peso corporal ideal, pues es un regulador intestinal, mejora  la digestión, estimula el aprovechamiento máximo de los alimentos y sus nutrientes.

Un resumen sobre las características más resaltantes de esta semilla es el siguiente: Tiene un olor y sabor ligeramente picante, muy estimulante, posee un 4% de aceites volátiles como el terpineol, cineol, sabineno, limoneno y el pineno; contiene proteína, agua, aceite esencial, carbohidratos y mucha fibra; rico en almidón y ácidos grasos; tiene propiedades antiespasmódicas y estimulantes; es digestivo, alivia los cólicos, estimula el apetito, combate acidez, ardor y provoca una mayor producción de saliva; es carminativa, sirve para aliviar la intolerancia que sufren algunas personas al gluten (celiacos), contenidos en los cereales como avena, trigo, cebada, y otros.

También, se usa para aliviar hemorroides, es útil para tratar problemas urinarios, combate el mal aliento (halitosis)., tiene propiedades afrodisíacas, ayuda a regular el metabolismo, se utiliza para curar la artritis, es muy buena para los diabéticos, sirve para adelgazar, ayuda en casos de diarrea, y neutraliza los efectos de la cafeína; por su contenido de aceites esenciales, se utiliza para preparar diversos platillos en la cocina como el arroz, sopas, ensaladas, bebidas, licores y en  repostería, entre otros, se utiliza en polvo, tintura o en preparaciones farmacológicas y combate la flatulencia.

flor de Azafrán

Los cultivos de Azafrán son uno de los más antiguos de la humanidad, ya que se remontan a hace más de 3.000 años y abarcan diferentes culturas, continentes y civilizaciones.  Se trata de una especia originaria del sudoeste de Asia, pero cultivado inicialmente en Grecia. Esta planta se obtiene de los estigmas de la flor de Crocus sativus, que crece hasta alcanzar poco más de 15 cm de altura, la cual  ha permanecido a lo largo de la historia y en todo el mundo como una de las sustancias más caras (en relación con su peso). En alusión a su precio, algunas veces se le denomina “oro rojo”, ya que su valor suele estar comparado en proporción a cinco veces el de la vainilla y cerca de 30 veces del cardamomo. Posee un sabor amargo, una fragancia similar al heno, así como unas notas ligeramente metálicas, se ha utilizado  como condimento, fragancia, tinte, y fármaco contra algunas enfermedades.

El precursor silvestre de la versión doméstica del Azafrán actual es Crocus cartwrightianus, el cual fue seleccionado de forma artificial de tal manera que los estigmas de las flores fueran anormalmente grandes. El azafrán fue documentado por primera vez en el siglo VII a. C. por botánicos asirios, bajo diversas compilaciones realizadas en la época de Ashurbanipal. Desde entonces, su uso se conoce por un intervalo de 4.000 años, periodo en el que se incluye como aplicación el tratamiento de unas noventa enfermedades. Una de las primeras referencias históricas de su aplicación, procede del Antiguo Egipto, donde era empleado por Cleopatra y otros faraones como esencia aromática y seductora, así como para realizar abluciones en los templos y lugares sagrados.

Esta planta se fue expandiendo lentamente a través de Eurasia, alcanzando posteriormente partes del Norte de África, Norte de América y Oceanía.    El azafrán hizo su camino hacia las Américas cuando miles de alsacianos, alemanes y suizos anabaptistas, dunkards y otros practicantes de religiones europeas perseguidas emigraron allí.  Gran parte de ellos se asentaron en el oeste de Pennsylvania, en el valle del Susquehanna, River Valley y se convirtieron en  los fundadores de lo que se denominaría más tarde la Pennsylvania Dutch, por eso es muy posible que en el año 1730, ya se conocieran los primeros cultivos de azafrán  en América.

El azafrán se ha utilizado a lo largo de la historia para fines diferentes, siendo el uso medicinal uno de los primeros que se le descubrieron, desde entonces se han ido encontrando nuevas aplicaciones, como son la utilización como colorante, su incorporación a multitud de recetas en el sector culinario o el aprovechamiento de sus propiedades para la elaboración de cosméticos. Los emperadores romanos lo utilizaban para perfumar sus baños, así mismo aquellos asientos que debían ser ocupados por la alta nobleza eran salpicados con vino de azafrán. En la actualidad se comercializa en forma de polvo o  hebras, también se emplea en la industria como colorante en salchichas, margarina, queso, helados y licores, entre otros.

Como otras plantas, el azafrán tiene sus contraindicaciones en el organismo, así puede resultar una sustancia tóxica si se consume en dosis muy elevadas. En ese sentido, se recuerda que en la antigüedad era utilizado como una técnica abortiva muy peligrosa porque se trataba de intoxicar el feto con la dosis justa para evitar la muerte de la madre, lo cual sucedía en la mayoría de los casos debido a que la intoxicación con el azafrán ocasionaba grandes hemorragias, ya que  la dosis que se calculaba estaba entre 10 y 12 gramos.

En la Grecia Clásica el Azafrán era muy apreciado por sus propiedades aromáticas y cromáticas. Se utilizaba como remedio para la conciliación del sueño y la atenuación de los efectos de los vinos, para realizar baños perfumados y como afrodisíaco. Los árabes utilizaban el azafrán en medicinas, por sus propiedades anestésicas y antiespasmódicas. Fueron ellos quienes introdujeron el cultivo del azafrán en España en el siglo X. Testimonios de distinto orden acreditan que el azafrán era un condimento irremplazable en la cocina hispanoárabe de aquella época.

Durante la Edad Media, el azafrán tuvo un gran auge en Gran Bretaña. Cuenta la leyenda que durante la época de Eduardo III un peregrino trajo un bulbo de Azafrán oculto en el bastón hueco que portaba desde Oriente a la Ciudad de Walden. Allí se plantó el bulbo y comenzó a reproducirse dando a la ciudad gran prosperidad. Durante el Renacimiento Venecia destacó como el más importante centro comercial del Azafrán, ya que  aquel entonces valía más que su propio peso en oro, e incluso  sigue siendo la especia más cara del mundo. Su alto precio conducía frecuentemente a su adulteración, que a menudo era duramente castigada. Enrique VIII, quien era un devoto del aroma del azafrán, llegó a castigar con la muerte a aquellos que lo adulteraran.

Cultivo complejo
El cultivo del Azafrán precisa de un clima extremo: temperaturas altas y secas en verano y frías en invierno, la tierra debe ser seca, calcárea, aireada, plana y sin arbolado, cuyas cualidades las reúne la meseta Castellano-Manchega que se ha convertido en una de las regiones productivas más importantes del mundo. El suelo de siembra del Azafrán debe ser equilibrado en materia orgánica con el fin de reducir los riesgos de erosión, así como de una relativa profundidad que le permita la evacuación del agua para que el bulbo no resulte dañado.

La siembra de esta planta tiene lugar entre los meses de Junio y Julio. Para ello se hacen unas franjas de unos 20 cm de profundidad y se van depositando los bulbos en dos hileras paralelas dentro de cada surco. La separación entre bulbos debe ser de 10 cms. La plantación de bulbos es una tarea muy penosa, ya que cada bulbo debe colocarse a mano, lo que obliga a caminar agachado durante centenares de metros. Al sembrador le sigue la mula con el arado romano cubriendo las zanjas con tierra. La cosecha tiene lugar entre finales de Octubre y principios de Noviembre. La rosa florece al amanecer y debe permanecer el menor tiempo posible en el tallo, ya que se marchita y sus estigmas pierden color y aroma, por lo que son recolectadas entre la madrugada y las 10 de la mañana.

Una vez recolectadas los estigmas del Azafrán, se procede a separarlos de las flores, labor que recibe el nombre de “el desbrín de la rosa”. El hecho de que se necesiten 85.000 flores para obtener un solo kilo de azafrán en condiciones para su consumo da una idea muy acertada de la complejidad de esta labor.

Los estigmas de la rosa del azafrán presentan un alto grado de humedad, por lo que para su buena conservación se hace necesario secarlos, a través de un proceso conocido como el tueste, con el que adquieren su forma definitiva: de color rojo brillante, rígido y sin arrugas. Luego, los estigmas habrán mermado cuatro quintas partes de su peso inicial, es decir, por cada kilo de estigmas crudos se obtienen 250 gramos de azafrán listo para el consumo. Para la perfecta conservación el azafrán se guarda en grandes baúles de madera forrados con una chapa metálica en su interior, alejándolos del frío y del calor y muy especialmente de la humedad.

Diversidad culinaria
El Azafrán tiene múltiples usos en la gastronomía de distintos países. En la India es ingrediente imprescindible en numerosas recetas de arroces, dulces y helados. Se utiliza en la medicina Ayurvédica para numerosas recetas y también en cultos religiosos. En Arabia Saudita, un autentico café Árabe debe tener cardamos y azafrán. En el norte de Italia y Sur de Suiza, es imprescindible en la preparación del famoso Rissotto. En Suecia, es tradición elaborar un pan con azafrán el día de Santa Lucia, mientras en España, es ingrediente imprescindible en platos tan famosos como La Paella, la Fabada o el Pote Gallego.

El Azafrán Roger se emplea en algunas cocinas árabes, así como en la gastronomía asiática, en algunas partes de la cocina europea, en las cocinas india, iraní y en la marroquí. Su aroma es descrita por algunos expertos como del recuerdo, ya que mezcla la miel, con toques a hierba que evocan  al heno con tonos metálicos. El sabor del azafrán es algo parecido al del heno, pero con un toque amargo. Esta planta contribuye también como colorante amarillo-naranja a todos los alimentos, entre ellos quesos, dulces y golosinas, currys, licores, platos de carnes y sopas.

También se emplea en la India, Irán, España, Turquía y en otros países como condimento del arroz. Además de sus usos en famosos platos de la cocina española, se emplea en la francesa, agregándosele a la bouillabaisse, que consiste en un estofado de pescados procedente de Marsella. Asimismo, en el risotto alla milanese de la cocina italiana y el pastel de Cornish.

En Irán, el Azafrán está presente en sus platos nacionales como el chelow kabab; mientras que en Uzbekistán lo usan en un plato con arroz servido en las ocasiones especiales y festivas que se denomina “plov nupcial”. En Marruecos está en los tajine-platos, entre los que se mencionan el kefta (albóndigas con tomate), el mqualli (una mezcla de limón y pollo) y el mrouzia (plato con carne de cordero aliñado con ciruelos y almendras).

Asimismo, el Azafrán es el ingrediente principal en la mezcla herbal denominada chermoula, que proporciona sabor a muchos de los menú de la cocina del magreb, mientras que en la india se emplea en el biryanis, elaborado con arroz, carne y vegetales. (Un ejemplo es el Pakki una variedad de Hyderabadi biryani).  De igual forma, está en los dulces y postres, cuya base es la leche,  tales como el gulab jamun, kulfi, double ka meetha, y el “lassi al azafrán”, que es una mezcla de Jodhpuri yogurt para beber.

Debido a su alto costo del Azafrán, se han buscado ciertos  sustitutos del mismo en algunas cocinas, entre ellos el cártamo (Carthamus tinctorius) o la cúrcuma (Curcuma longa) y los pétalos del botón de oro (Calendula officinalis), los cuales proporcionan aproximadamente el mismo color rojo-amarillento que las hebras del azafrán, pero tienen aromas y despliegan sabores muy diferentes. No obstante, en la confección de licores, donde también se usa esta planta, se evita sustituirlo. En Italia se preparan el chartreuse, ginebra, izarra y strega, bebidas alcohólicas con presentación de colores llamativos gracias al Azafrán.

Los usuarios experimentados del Azafrán en la cocina suelen machacar las hebras con un mortero y poner en remojo durante algunos minutos antes de incluirlo en los platos. Por ejemplo, se pueden verter las hebras en agua o jerez durante aproximadamente diez minutos. Este proceso extrae de los hilos el color y el sabor en la fase líquida; el azafrán en polvo no requiere este proceso y sólo se añade al plato que se está cocinando. Esta pre-solución, permite que el azafrán se distribuya mejor a través del volumen del alimento, y es muy importante en la preparación de alimentos que se cuecen al horno o en la elaboración de salsas.

Proveedor  de salud y alegría
Conocido desde la Antigüedad como remedio a todos los males, en el azafrán, sin ser un medicamento universal, queda una solución natural para algunos problemas de salud de los tiempos modernos. En el oriente, el azafrán era empleado comúnmente para luchar contra la depresión ligera o moderada, tenía la reputación de traer alegría y sabiduría, por eso se le confiere calidades de afrodisíaco femenino.
En Marruecos, se encuentra en la composición de remedios de abuelas que curan todavía a los niños durante la llegada de los primeros dientes, frotando las encías (uso externo: analgésico de la mucosa de las encías) de los bebés con un anillo de oro untado con miel y azafrán, una loción naturalmente antiséptica.  En Francia, el famoso jarabe Delabarre adopta la misma receta. Las abuelas calmaban también las menstruaciones  dolorosas de las muchachas dándolas té o leche con azafrán.

El Azafrán es uno de los vegetales más rico en riboflavina, es decir, en vitamina B2. Contiene aceite esencial, el safranal, y crocetinas, que son carotenoídas, es decir provitamina A. Mientras que los pigmentos desempeñan un papel de estimulante digestivo (con dosis de 0.5 hasta 1 gramo por litro de agua,  estimulante de la digestión), el safranal tiene una actividad sedativa. También tiene la reputación de actuar en el sistema nervioso, ya que es analgésico y tónico a la vez.

En la medicina tradicional, se utiliza la planta como regulador estomacal. En la medicina china, se usa como calmante para los calambres y el asma, es utilizada también para tratar los hematomas, permite aminorar el ritmo cardiaco y bajar la presión arterial y estimular la respiración, facilita la digestión, alivia problemas en el hígado y es un fluidificante de la sangre.

En tisana, esta planta calma la tos y alivia el catarro; en masaje, alivia el dolor, particularmente el de las encías, se utiliza en polvo o mezclado con miel, para una aplicación directa en la boca, o mezclado con glicerina para soltar las zonas de tensión del cuerpo. En caldo, estimula la digestión; en tableta, los laboratorios utilizan un extracto de la parte superior del pistilo, que actúa en los neuromediadores como un antidepresivo natural. El extracto de azafrán funciona como un excelente inhibidor natural del apetito, lo cual impide consumir grandes cantidades de alimentos, especialmente contenedores de grasa, así como eliminar los depósitos de grasa ubicados principalmente en el vientre.

Este efecto se debe a que el extracto de azafrán satiereal produce en el cerebro una reacción química similar a la de los carbohidratos y azúcares, estimulando la liberación de serotoninas, que son las hormonas responsables de brindar una sensación de satisfacción y plenitud, y al carecer el azafrán de calorías, mediante este procedimiento natural se estaría extendiendo la sensación de plenitud luego de cada comida sin riesgo a consumir calorías de más.

Se comprobó en varios estudios que el uso continuo del extracto de azafrán como complemento dietético permite la reducción de peso, la disminución del apetito y la reducción del consumo de snacks o bocadillos entre comidas, una de las principales ventajas que aporta este producto natural es la ausencia de contraindicaciones con su ingesta, con lo cual, aunque no se lograra perder el peso deseado, tampoco se agrede con sustancias tóxicas o perjudiciales al organismo.

A su vez, el azafrán posee otros beneficios que podrían serle de ayuda al cuerpo, como su capacidad de mejorar la digestión, tratar dolores digestivos, y promover una sensación de buen humor y felicidad por todo el organismo, estimulando la memoria, mejorando el proceso de aprendizaje y proporcionando agentes antidepresivos al organismo. Todo esto hace que la utilización del azafrán en la dieta diaria sea una decisión con destacados resultados, ayudándo a llevar una alimentación balanceada y evitando el consumo excesivo  de alimentos poco saludables, todo de una forma natural y sin contraindicaciones.

El Azafrán tiene poder tintóreo para colorear en amarillo oro algunos tejidos como los trajes de los budistas, los velos de novias en algunos países del Magreb, y sobre todo en las alfombras, ya que tiene también un poder matapolillas. El famoso rubio veneciano de las mujeres del renacimiento italiano era obtenido untando el pelo con una mezcla de Azafrán y de limón, luego poniéndose al sol.

Platanos y sus beneficios para la salud

Se conoce como Banano, Cambur, Platano o guineo.

No podían ser más conveniente para disfrutar ya que es cremoso, rico y dulce, el plátano es el alimento favorito para todos, desde bebés hasta ancianos.

Además de ser consumidos crudos, los plátanos son usados en una gran variedad de recetas de ensaladas, productos horneados, batidos y helados.

Los plátanos constituyen bocadillos saludables por excelencia, ademas que es deliciosos en batidos, solo o combinado con otra fruta.

Los plátanos ayudan a superar la depresión debido a los altos niveles de triptófano, que se convierte en serotonina, el cual es un neurotransmisor cerebral que ayuda al estado de ánimo.

Protege contra los calambres musculares durante los entrenamientos y los calambres nocturnos en las piernas por comer un plátano.

Contrarrestar la pérdida de calcio durante la micción y fortalecer los huesos.

Fortalecer la sangre y reduce la anemia con contenido de hierro en los plátanos.

Alta en potasio y baja en sal, los plátanos son reconocidos oficialmente por la FDA como ser capaz de reducir la presión arterial y proteger contra el ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Rica en pectina, ayuda la digestión y reduce suavemente las toxinas y metales pesados ​​del cuerpo.

Comer plátanos le ayudará a prevenir el cáncer de riñón, protege los ojos contra la degeneración macular y aumentando la absorción de calcio.

Los plátanos son ricos en antioxidantes, proporcionando protección contra los radicales libres y las enfermedades crónicas.

Solo contiene 105 Calorias

  • vitamina B6 25.2%
  • manganesio 16%
  • vitamina C 13.6%
  • Vitamina A 1%
  • fiber12.2%
  • potasio 12%
  • biotin 10.2%
  • cobre 10%
  • Proteina 1.3g 2%

Receta del un cremoso batido de de plátano y aguacate

Batido Proteico Plátano y Calabaza

Este batido cremoso es totalmente natural con extra Proteína. Funciona a la perfección tanto como un aperitivo después del entrenamiento o un reemplazo de la comida, es excelente para el desayuno.

Esta deliciosa receta de Batido Proteico Plátano y Calabaza es mejorado por Yogamiami.org agregandole las semillas de Chia.

ingredientes:
½ taza de puré de calabaza
1 plátano, canbur, banana congelado
½ taza de yogur
1 taza de Leche de almendras o de soja
1 cucharada de jarabe de miel o arce puro
¼ cucharadita de vainilla
¼ cucharadita de canela
Nuez moscada 1/8 cucharadita
1 pizca de nuez moscada molida
1 pizca de clavo de olor molido
2 cucharada de Chia
2 almendras
1 taza de hielo picado (opcional)

Licuar los ingredientes en una licuadora, hasta que quede suave y cremoso.