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Hatha Yoga

En la práctica del yoga contar con un guía especializado vale la pena, sobre todo porque al estar supervisado al momento de realizar cada movimiento, te permitirá  disfrutar adecuadamente de los beneficios que te brinda realizar esta actividad física. El yoga no solo es un deporte sino también un estilo de vida en donde se conecta la mente, el cuerpo y el espíritu.

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Las personas que realizan yoga deben tener una vida disciplinada, basada en la sencillez y en el pensamiento elevado, aunque esta práctica muchos la ven solo como una serie de posturas física extrañas  que mantienen el cuerpo flexible     va más allá, ya que cualquiera que decida practicarlo a diario termina realizando un cambio sutil en su forma de enfrentar la vida.
Por todas estas razones es importante contar con un profesor que guíe cada movimiento, que enseñe las técnicas adecuadamente y además que acompañe al alumno en todo el desempeño de sus actividades. Un profesor de yoga debe practicar regularmente esta actividad, para así dominar todas las posturas involucradas, para esto se debe encontrar un estudio en el área comenzando con clases desde el nivel básico hasta llegar a los avanzados.

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Es importante que el maestro de esta técnica tenga una formación en una escuela en la materia y que además este demostrado por medio de certificados y buenas referencias que realmente está capacitado para enseñar. Muchas veces se cuenta con el conocimiento y toda la información necesaria para trasmitirla a un equipo determinado, sin embargo la técnica para poder enseñarla es clave para que el equipo logre captar toda la información.
Un buen profesor de yoga, siempre debe trasmitir positividad y al mismo tiempo debe irradiar entusiasmo, esto permitirá contagiar a los alumnos y además de eso les hará sentir a gusto por estar en un espacio de tranquilidad en donde se les valora como seres humanos y además se les hace sentir amados.

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Cuando se habla de un maestro de yoga, se debe hablar de un ser que debe ser inspiración, y es que además de enseñar unas posturas, debe ser lo suficientemente sabio para incentivar a los demás a ser mejores cada día , sobre todo que logre que los participantes se eleven y desprendan, renaciendo en amor y tranquilidad.
Un factor indispensable y que siempre debe formar parte de un guía de esta practica, es el amor, porque eso permitirá que se fundamente su enseñanza en ese aspecto, y es que no hace falta ser profesor de yoga para saberlo, cuando uno hace lo que verdaderamente le gusta y le apasiona cualquier sacrificio se convierte en algo llevadero y cualquier momento maravilloso es valorado con mayor intensidad.
Un verdadero profesor de yoga debe entregarse por completo a la experiencia, para así trasmitir vitalidad, buenas vibras y energías positivas que llenen en cuerpo y alma a aquellos que le siguen.

Cómo debe ser un profesor de yoga

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Profesor de Yoga Yanelis

Om!!! 2 horas de Yoga Tonificante y Relajante. Con Asanas, Pranayamas y Mantras.  Con en profesor de Yoga Yanelis. Favor confirmar y ayudar al mundo al reenviar este texto a amigos. 305-303-5925. Gracias y, Lindo Dia!

Donde: 6870 W Flagler St, Miami, FL 33144.

Cuando: Sabado 10am. 5 de Marzo

Profesor de Yoga: Yanelis

Confirmar al 305-303-5925

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Abhaya Holistic Center

” Vivir con Consciencia es Vivir con Plenitud ”

Abhaya Holistic Center en su compromiso con la sociedad de Miami pone a disposición el estudio de Yoga Kundalini localizado en 2490 de Coral Way Miami 33145.

Tomando como primicia que La Yoga Kundalini es la Yoga de La Consciencia, hacemos uso fiel al origen y al linaje que nos legó Yogi Bhajan.
Nuestra Misión tiene como propósito de traer bienestar integral a cada persona que desee desarrollarse consciente, feliz, viviendo en armonía con su ser, y ser una persona que inspire.

Abhaya Holistic Center Proporciona clase de Yoga Kundalini. Esta Ancestral práctica se desarrolló en la India hace más de 2500 años y es reconocida como la madre de todos los yogas. Kundalini Yoga es la ciencia que nos permite acceder al bienestar integral.

Es así como Abhaya Holistic Center se dispone a servir a toda la comunidad de Miami. Y Sí, si de bienestar y salud se trata cuenta con nosotros.

Beneficios antioxidantes del Cacao

Beneficios Antioxintes del Cacao

El cacao es un alimento con infinidad de propiedades y beneficios que favorecen la salud física, mental y emocional. Actualmente son muchos los productos que contienen este ingrediente como el tan consumido chocolate con leche que añadiéndole algunos compuestos específicos genera un excelente resultado y sabor.
Aunque en algunas sociedades se considere un alimento adictivo que lo consumen personas con alta frecuencia, estudios científicos han demostrado que esta fruta sirve para uso medicinal dándole solución a: problemas cardíacos, renales o intestinales, anemia, fiebre, cansancio, delgadez y así otras más. Actualmente algunos pueblos indígenas utilizan esta planta para preparar sus tratamientos naturales.
El cacao posee un componente llamado flavonoides que tiene como finalidad ayudar a la planta a reparar daños, protegiéndola de plagas y enfermedades. Adicionalmente      reduce el riesgo de padecer enfermedades tales como el cáncer, apoplejías, reducción del colesterol, enfermedades del hígado y el estómago.
Se dice que el cacao actúa como desintoxicante, hasta más que el té verde ya que inhibe la oxidación del colesterol, regula las respuestas de los vasos sanguíneos, regula la presión arterial, combate la tendencia de células sanguíneas que forman coágulos así como también trastornos relacionados con la alteración del sistema inmunológico y alivio de la diarrea.
El consumir cacao permite que se estimule el sistema nervioso y digestivo ya que se ha demostrado que posee beneficios para aliviar naturalmente el estreñimiento. Al poseer esta fruta antioxidantes se previene la degeneración de los radicales libres evitando la degeneración de las células. De igual forma reduce el colesterol y triglicéridos.
El cacao posee magnesio que nutre el sistema nervioso y la musculatura, Vitamina C que favorece las defensas y previene enfermedades nutriendo al  mismo tiempo dientes, huesos y piel. Otro valor nutricional del cacao es la fibra que también favorece la eliminación de sustancias tóxicas, regula los niveles de glucosa y ácidos grasos en la sangre. Adicionalmente Triptófano que es un aminoácido que favorece la producción de serotonina mejorando irritabilidad y depresión.
El utilizar cacao evidentemente tiene propiedades terapéuticas realizando preparando o consumiéndolo. Por ejemplo con las semillas se pueden extraer aceites para tratar problemas de la piel como quemaduras y erupciones. Con la harina del cacao se combate la arteriosclerosis, diabetes o artrosis. Con la utilización de las hojas se pueden desinfectar heridas o realizar infusiones beneficiosas para el asma, la caries y la diarrea.
Para algunas personas consumir cacao o alimentos que lo contengan no resulta muy sano, pero aunque parezca mentira son más los beneficios que posee que los daños que puede generar en el organismo. Así que no dudes más porque consumirlo traerá muchas ventajas para tu cuerpo y además te hará sentir y verte mejor. El cacao desde tiempo remoto ha sido un fruto que se ha disfrutado y valorado desde su origen.

Vegetales Verdes

Repotenciadores múltiples para el organismo

La clorofila es la que define el color verde en los vegetales y verduras de hoja verde. Se trata de un pigmento presente en todas las plantas y que es capaz de absorber la luz violeta, roja y azul para reflejar la verde. Este pigmento aporta pocas calorías y tienen un gran valor alimentario por su riqueza en vitaminas (especialmente A, C, el complejo B, E y K), así como minerales (en especial el calcio, el hierro, el magnesio, el potasio) y la fibra. Las verduras de hoja verde se caracterizan por su contenido en filoquinona, la fuente principal de vitamina K, la cual participa de manera directa en la coagulación de la sangre.

Sopa de Vegetales Verdes

Sopa de Vegetales Verdes

Vegetales verdes

El consumo adecuado de esta vitamina evita pérdidas de sangre al frenar las hemorragias, aunque un elevado consumo de alimentos ricos en esta vitamina, como las verduras de hoja, puede interferir con el efecto de ciertos medicamentos recetados para regular la coagulación sanguínea.  Entre las verduras y vegetales verdes se encuentran la acelga, el apio,  berro,  brócoli,  coles,  coliflor,  espinaca,  radicheta,  rúcula,  lechuga,  escarola,  repollo,  achicoria, y otras.

Cada una de estas verduras y vegetales, aportan importantes beneficios a las distintas partes del cuerpo. Por ejemplo, La acelga ha sido un alimento básico en la nutrición humana. Se consume normalmente cocida y aderezada como hervido, o bien acompañando carnes, pescados, y otros. Es una planta laxante y digestiva con un alto contenido en vitaminas A y C. El color de las hojas es variable, entre el verde claro y un verde oscuro, según las variedades y se encuentra a la venta durante todo el año, ya que se cultivan las variedades más adecuadas para cada estación.

En el caso del apio, es una hortaliza muy apetecida que proviene del Norte de Europa desde donde se ha difundido por todo el mundo. En Argentina se le cultiva con bastante aceptación, ya que es un vegetal cuya parte comestible más difundida es el tallo, aunque las hojas también deberían consumirse porque son muy ricas en varios nutrientes. Las semillas también se utilizan como condimento. Los troncos pueden congelarse previo blanqueado y si se los va a utilizar sólo para caldos, entonces pueden congelarse crudos. El apio constituye un gran diurético gracias a un aceite esencial que contiene, que ejerce un efecto dilatador sobre los vasos renales y favorece de esta manera eliminación de agua y de sustancias tóxicas por la orina.

Vegetales Verdes

Vegetales Verdes

El apio también resulta útil en caso de hiperuricemia, gota y retención de líquidos, y resulta eficaz contra afecciones articulares o diversos reumatismos y problemas de retención de líquidos. Además, es de gran ayuda en la hipertensión arterial, ya que es rico en potasio. Tiene propiedades laxantes gracias a su fibra, ofrece efectos tranquilizantes, gracias a su contenido en ftálida (sustancia que dilata los vasos sanguíneos). Es aconsejado en los tratamientos de acné, ya que al colaborar como depurador de la sangre, mejora dichos síntomas. El componente mayoritario del apio es el agua, por lo que se trata de una hortaliza de escaso valor calórico.

Por su parte, el berro tiene un alto contenido en sales y minerales (potasio, calcio, hierro, azufre y sodio), es muy rico en fibra y en vitamina C, también contiene vitamina A. Aporta 21 calorías por cada 100 gramos. También está el brócoli, al cual se considera el enemigo de (casi) todos los cánceres. Previene además el infarto y ayuda a adelgazar. Últimos estudios han demostrado el papel que juega en la prevención de gran número de tumores. Si a esto se agrega que no engorda y que muy poca cantidad basta para obtener su efecto protector, no hay excusa para no incluirlo en la alimentación.

El brócoli pertenece a la familia de las  crucíferas (hierbas y arbustos) es rica en índoles (compuestos orgánicos), flavonoides y, lo más importante, sulforafanos. Los indoles influyen de una forma notable sobre las enzimas que tienen un papel muy importante en el sistema de desintoxicación, al que aceleran al liberarse los glutationes, unas sustancias orgánicas naturales que pueden destruir toxinas y carcinógenos. También es rico en betacarotenos y vitaminas A y C, que contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmune del organismo y protegen contra diversos cánceres y dolencias cardiacas. También contiene ácido fólico, de gran importancia al ser imprescindible en los procesos de división y multiplicación celular. Asimismo, es recomendable para los que padecen gota, debido a su gran contenido de calcio, hierro y vitamina C. También tiene propiedades diuréticas, antianémicas, laxantes y depuradoras de la sangre.

Otros vegetales verdes de muchos beneficios para el organismo son las coles, consideradas en la Antigüedad como plantas digestivas y eliminadoras de la embriaguez. Se suelen consumir hervidas, en el caso de las coles, o bien en ensaladas en el caso de la col morada y del repollo o col de hoja lisa.  Asimismo, está la coliflor, la cual presenta un bajo contenido en calorías, aunque éste puede variar dependiendo del tipo empleada y de las condiciones de cultivo. Sin embargo, son ricas en minerales y presentan elevados contenidos en glucosinolatos, especialmente isotiocianato de alilo y butilo, y/o vinil-tio-oxazilina.

Vegetales Verdes

Una de las más conocidas y consumidas en todos los países del mundo es la espinaca, muy apreciada por su elevado valor nutritivo, su riqueza vitamínica y su contenido en hierro, que le confiere un elevado poder antianémico.

Tradicionalmente se ha consumido en fresco, hervida o frita, aunque hoy en día es una de las hortalizas más utilizadas en la industria de la congelación. Es rica en hierro (aunque su absorción es variable), beta carotenos (precursores de la vitamina A) que cumplen una importante función anticancerígena y vitamina C, aunque gran parte de ésta puede perderse durante la cocción. También es rica en vitamina B9 (folato), potasio, magnesio y calcio.

Entre otros vegetales verdes, se cuentan la radicheta, es rica alta en magnesio, potasio y vitamina A y la rúcula o rúgula, que  tiene a las hojas y tallos jóvenes como partes comestibles. Su sabor picante es bastante pronunciado. Por ello se recomienda usarla con moderación. Se puede consumir cruda o cocida en ensaladas, pastas y bocadillos, así como para dar sabor a sopas y salsas. La mayoría de los especialistas la consideran un buen digestivo.

En conclusión, las verduras y hortalizas verdes, son una importante fuente de nutrientes para la salud, ya que aportan minerales, vitaminas y fibra. Los estudios afirman que el compuesto de clorofila que contienen sirve para prevenir el cáncer, mejorar el funcionamiento cardíaco y evitar la anemia, entre otras cualidades. Los nutricionistas indican el consumo de vegetales verdes por lo menos tres tazas a la semana, es decir, media taza al día, por lo que no es tanta la cantidad que se requiere.

Además de las ventajas por su contenido de clorofila, estas plantas verdes ayudan a mejorar el sistema inmune, que evitar enfermar muy seguido. También están compuestas por nutrientes esenciales que a largo plazo sirven para controlar el peso, ya que tienen muy pocas calorías y sacian rápidamente al organismo. Al tener ácido fólico, también se convierten en alimentos ideales para las mujeres embarazadas o lactantes, para quienes  padecen de problemas en sus defensas por una enfermedad, el estrés o ciertos medicamentos.

Las personas que consumen verduras de hojas verdes tienen menos probabilidades de padecer ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. En primer lugar, porque contienen antioxidantes que eliminan los radicales libres y en segundo, porque no aportan casi grasas al organismo, sino que además limpian las arterias.
Como si esto fuera poco, los vegetales verdes tienen una gran cantidad de calcio, un mineral esencial para la mayoría de las funciones del organismo y vital para mantener los huesos en perfecto estado, siendo recomendado en las personas mayores de 65 años y en mujeres en la etapa de menopausia. A su vez, el calcio permite regular el ritmo cardíaco, lograr buenos impulsos nerviosos, evitar el insomnio, los calambres y mejorar los procesos hormonales y enzimáticos.

Los antioxidantes de los vegetales de color verde son los encargados de evitar el deterioro y el envejecimiento celular y como se dijo antes, de prevenir la aparición del cáncer. Son perfectos para reducir los daños producidos por la contaminación ambiental y los tóxicos como puede ser el humo del cigarrillo, tanto para la persona fumadora como para la que está en contacto con gente que tiene este hábito.

Alimentos para pensar mejor

EL CEREBRO MERECE UNA DIETA BALANCEADA

El cerebro es el gran director del cuerpo humano. Está formado por millones de neuronas que responden a un sinfín de impulsos que vienen del exterior. Su funcionamiento es tan complejo, que hasta la fecha siguen existiendo más dudas que certezas sobre el alcance de su poderío. Lo que sí está certificado es que una dieta variada y completa en ciertos nutrientes, como el omega-3 (salmón, sardinas o atún), contribuye a que el rendimiento intelectual de una persona sea mayor.

Un estudio de la Universidad de Oxford, liderado por  Alexandra Richardson, concluye que “los ácidos grasos omega-3 son muy importantes para las funciones del cerebro, como también lo son otros nutrientes imprescindibles que hay que vigilar, como el hierro, el yodo y la vitamina B12, que interactúan en el desarrollo cognitivo y de los que, parte de la población, puede presentar carencias. Se ha visto, por ejemplo, que cuando las personas tienen una anemia ferropénica o niveles de yodo o de vitamina B12 muy bajos, acaban estando afectadas sus funciones neuronales, de concentración o de asimilación”.

Al respecto, la nutricionista Alma Palau, presidenta del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas de España y el neurocientífico Fernando Gómez-Pinilla, catedrático de la Universidad de California, coinciden en que “lo que tiene de especial el omega-3, particularmente un componente que se llama DHA, es que es parte de la estructura original del cerebro. Resulta que las membranas, que son como las capas externas de las células nerviosas, también están hechas de esa sustancia. No en su totalidad, pero en parte de su estructura sí tienen DHA, que es muy importante para muchas funciones cognitivas”.

Los especialistas destacan el poder nutricional para el cerebro que tienen un grupo de alimentos y actividades que se deben combinar. Por ejemplo, el ejercicio físico para ayudar a este importante órgano  a robustecerse de omega-3 e incluso a formarlo a pesar de que no venga de la dieta. Los expertos señalan que cuando se trata de cuidar la dieta para una estupenda salud mental, se deben consumir varios alimentos, sin concentrarse en uno por el hecho de que sea potente. La recomendación está en asumir una dieta equilibrada. Además, recordar que hay muchos alimentos positivos, que al exagerarse su consumo, se transforman en negativos.

Entre los alimentos que hacen grandes aportes a la función cerebral está el brócoli, considerado la estrella de la vitamina K, junto con las coles de Bruselas y las verduras de hoja verde, los cuales han dado resultados muy positivos no solo en su  conocida e indispensable función en la coagulación de la sangre, sino también en tratamientos para el Alzheimer. Una investigación de la Universidad de Montreal en Canadá demostró que las personas mayores que presentaban más presencia de vitamina K1 elaboraban mejores discursos, progresaban en su expresión verbal y poseían mayor retención de la información.

Las almendras y las nueces, por su parte, se llevan el galardón de alimentos hipercompletos. Ambas contienen precursores de omega-3, vitamina E y magnesio, que permiten mantener el nivel de concentración durante un tiempo, sin que luego haya un bajón rápido, como podría suceder después de tomar un piscolabis con azúcar. Además, aportan gran cantidad de proteínas que, entre otras cosas, estimulan las llamadas neuronas orexinas, que se encargan de mantener despiertas y atentas a las personas.

Asimismo, están algunos frutos rojos, como los arándanos y las fresas, grandes aliados para aumentar la atención y fijar la memoria. Las pesquisas de la doctora e investigadora Elizabeth Devore, profesora de la Harvard Medical School en Boston, afirmaron que la ingesta constante de estas frutas ayuda a frenar la pérdida de memoria. Y las investigaciones del doctor Jeremy Spencer, de la Reading University en Inglaterra, constataron que los arándanos propiciaban la concentración durante varias horas.

Otros nutrientes cerebrales son los frutos secos, los cuales aportan diversos minerales y vitaminas, entre ellos, fósforo, magnesio, potasio, vitaminas del complejo B y vitamina E. Estos frutos son aliados para mantener una buena salud cardiovascular, lo que se traduce en un correcto aporte de sangre y oxígeno a todos los órganos, sin dejar de mencionar, por supuesto, al cerebro. Igualmente, el aguacate, fruto que posee propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento y deterioro precoz de la salud. Además, contiene omega 3, ideal para proteger al cerebro del desgaste prematuro.

Los tomates son otros aliados cerebrales, ya que contienen una sustancia llamada licopeno, que, gracias a sus propiedades antioxidantes, ha demostrado ser útil a la hora de la prevención de muchas enfermedades, entre ellas, varios tipos de cáncer y accidente cerebro-vascular. Además, las semillas de Chia, que favorecen el funcionamiento de las neuronas y mejoran la actividad cerebral. Es considerada la mayor fuente de omega 3 que se consigue en la naturaleza. Previene el envejecimiento de los tejidos, manteniendo las funciones intactas por más tiempo.

No puede quedar rezagado el aceite de oliva, el cual posee poderosos efectos antioxidantes de protección para los tejidos, evita el daño causado por los denominados radicales libres que llevan a las diferentes enfermedades como el caso del cáncer. De igual forma, posee grasas saludables que ayudan a proteger al corazón, logrando una óptima circulación sanguínea y consiguiendo nutrir a todas las células del cuerpo para que puedan funcionar correctamente.

Por supuesto que los pescados también figuran en los aportantes energéticos del cerebro, ya que son una fuente rica de fósforo. Este mineral ayuda a fortalecer el cerebro, especialmente, mejorando la memoria. Consumir periódicamente pescados, sobre todo el azul, por su alto contenido de omega 3, ayudará a proteger la salud del corazón y del cerebro. Se trata de un gran antioxidante, que ayuda a prevenir las enfermedades del corazón y las que afectan al cerebro. Además, ayuda a preservar la memoria, evita el daño, causado por el paso del tiempo, manteniendo protegidas las células.

También, vale mencionar al cacao, que consumido con moderación puede ayudar en la buena salud del cerebro, ya que contiene antioxidantes que evitan el envejecimiento prematuro del organismo y sus células, a la vez de prevenir enfermedades del corazón. Asimismo es rico en magnesio, un mineral que ayuda en la nutrición del sistema nervioso.

Una limpieza de oxidación
El cerebro es descrito por los neurocientíficos como “plástico, flexible, pero no eterno, porque con los años sufre un deterioro inevitable”. Esto hace que su consumo energético sea muy elevado, ya que casi todos estos procesos de producción de energía producen mucho estrés oxidativo”. Es aquí donde aparece otro elemento importante en la dieta que se debe tener en cuenta: los flavonoides, unos pigmentos naturales de los vegetales cuya capacidad como antioxidante libera y limpia el cerebro de toda esa oxidación a la que se le somete solo por el mero hecho de funcionar.

Los flavonoides se encuentran en las manzanas y los cítricos. Investigaciones realizadas por el profesor Adam Brickman, de la Universidad de Columbia en Nueva York, han descubierto que los flavonoides del chocolate negro poseen también un potencial revitalizante en cerebros, ya desgastados por la edad. “El efecto es el mismo provenga de donde provenga, pero si hay que ponerle a un paciente una dieta más rica en flavonoides, no le diría que se atiborrara a chocolate negro, también tendría que incorporar a su dieta manzanas, naranjas, uvas, té verde, bayas y frutas rojas, que son más saludables. Porque lo que hay que mirar siempre es el efecto final del contenido global de un alimento. Cuanto más completo y saludable sea en su totalidad, mejor”, aclara el catedrático.

Se debe evaluar cuando el cerebro está demandando una dosis extra de estos supernutrientes para seguir con la inteligencia a pleno rendimiento. Para cubrir las necesidades de hierro se recomienda incorporar a la dieta carnes rojas y vegetales verdes, especialmente, espinacas, muy ricas también en ácido fólico, que ayuda a frenar el deterioro cognitivo; para mantener óptimo el estado del yodo, basta con una cucharadita de sal yodada al día (la que se usa para cocinar), y en el caso de esa vitamina tan importante que es la B12, conviene consumir a diario un vaso de leche o dos, carne, pescado (preferiblemente azul), huevo, frutas y verduras. Si además se combina todo semanalmente con cereales, legumbres, frutos secos y lácteos, sin olvidar una abundante hidratación con agua, el cerebro irá a mil por hora.

Alimentación Ecológica

Una alternativa para el ambiente y la salud

La Alimentación Ecológica es aquella que tiene como base los alimentos orgánicos, que se definen como productos agrícolas o agroindustriales que se producen bajo un conjunto de procedimientos denominados “orgánicos”. Estos productos se cultivan siguiendo métodos que tienen como propósito evitar el uso de insumos sintéticos, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes artificiales. Se trata de alimentos que no presenten ninguna modificación genética y que se hayan cultivado respetando el medio ambiente.

La producción de alimentos orgánicos tiene como punto de partida el surgimiento del Movimiento de Agricultura Orgánica en la década de los  años 1940, bajo la denominación de “Revolución Verde”, en respuesta a la industrialización de la producción agrícola. Actualmente la agricultura orgánica es una industria fuertemente regulada, que en países como Japón, Canadá o la Unión Europea requiere certificaciones especiales para poder comercializar sus productos.

Respecto a los beneficios de la Alimentación Ecológica, quienes la impulsan explican que al no contener conservantes o aditivos de origen químico, se evita el consumo de productos que pueden resultar peligrosos para la salud y se previenen enfermedades, ya que el organismo asimila de forma óptima los nutrientes de estos alimentos. Además, éstos no son tratados con pesticidas  y se convierten en bloqueadores de residuos tóxicos que generalmente estimulan el desarrollo de enfermedades como el cáncer y la incidencia de alergias relacionadas con ciertos productos químicos.

Otro elemento a tomar en cuenta sobre la alimentación ecológica es que está formada por alimentos que no tienen modificación genética, que es una condición que genera posibles peligros por la falta de control, así como la carencia de conocimientos de las algunas reacciones del organismo ante una nueva estructura molecular. Además, tampoco existe una garantía 100% de que no puedan representar un peligro para las personas, al menos con algunos alimentos.

Se discute que el sabor de los alimentos no está relacionado con su cultivo orgánico. No obstante, si se toma como ejemplo el caso de una manzana, su sabor es muy inferior al que pueda ofrecer una manzana de cultivo ecológico, aunque su aspecto no sea tan perfecto. A esto se le agrega que esta fruta en su estado orgánico es más nutritiva y presenta mayores contenidos de vitaminas y minerales. También destaca que la actual situación climática, es la sostenibilidad que presentan los cultivos ecológicos con su entorno, el medio ambiente es respetado, no se contamina, no se vierten a la tierra determinados residuos y el ahorro energético es superior al del cultivo de producción.

Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Las definiciones orgánicas
La Unión Europea asume los conceptos de  orgánico, ecológico y biológico para los productos agrícolas y ganaderos destinados a la alimentación humana o animal. Éstos se consideran sinónimos y su uso está protegido y regulado por los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008. Los prefijos “eco” y “bio” también están protegidos y regulados en todos los idiomas de la Unión. Así, en cada país hay costumbre de usar uno u otro término. Por ejemplo, en España está más extendido el uso de ecológico, en Portugal y Francia se usa más el término biológico (en francés biologique), mientras que en el Reino Unido se utiliza más orgánico (organic en inglés).

Los productores de alimentos orgánicos están obligados a usar únicamente ciertos agroquímicos autorizados y no se pueden utilizar para su producción semilla o plantas transgénicas. Los cultivos orgánicos son fertilizados habitualmente con compost, polvos minerales y otras sustancias de origen orgánico. Entre los métodos agrícolas tradicionalmente utilizados están el sistema de terrazas o de barreras naturales para evitar la erosión de los suelos, rotación de cultivos o plantado de leguminosas. Pueden además presentar otras cualidades como un empaquetado ecológico para su disposición al consumidor final.

Las pretensiones de una mayor seguridad de los alimentos orgánicos se han basado mayoritariamente en la presencia de residuos de pesticidas. Estas preocupaciones están motivadas por los hechos de que, primero, exposiciones masivas y agudas a pesticidas pueden provocar efectos adversos significativos sobre la salud, segundo, que algunos productos alimenticios han sido contaminados ocasionalmente con pesticidas, lo que puede resultar en una toxicidad aguda, y tercero, que la mayoría, si no toda, la comida vendida comercialmente contiene cantidades traza de pesticidas agrícolas. No obstante, una exposición crónica a las cantidades de trazas de pesticidas encontrados en la comida debe resultar en una toxicidad demostrable y esta posibilidad es prácticamente imposible de estudiar y cuantificar.

Alrededor de la Alimentación Ecológica han surgido ciertas controversias. Por una parte, los alimentos orgánicos son promocionados por ciertos sectores que ven en la agricultura convencional un método insostenible de producción o consideran que la producción orgánica es más sana. En la mayoría de los casos, los rendimientos de los cultivos orgánicos son entre moderadamente y sustancialmente menores que en el caso de la agricultura convencional pudiendo llegar a ser hasta la mitad, y sólo pudiendo igualar los rendimientos convencionales en casos muy concretos, por lo que para producir la misma cantidad de comida, sería necesario reclamar una mayor cantidad de bosques y espacios naturales.

Por otra parte, no existen suficientes evidencias científicas para afirmar que el consumo de productos biológicos repercuta en un mayor beneficio para la salud. La mayoría de los estudios realizados sobre las diferencias entre alimentos orgánicos y convencionales concluyen que no existen diferencias nutricionales o de salud significativas para la salud entre alimentos “bio” y alimentos clásicos, ya que las dosis de pesticidas o plaguicidas presentes en los productos “no orgánicos” son ínfimas y las repercusiones sobre el organismo difíciles de evaluar.

A favor de los orgánicos se indican beneficios de tipo ambiental, un mayor favorecimiento a pequeños productores locales (típicamente principales productores de la agricultura biológica) y el evitar la manipulación de productos químicos peligrosos por parte de los agricultores (la exposición crónica o a altas concentraciones de ciertos pesticidas puede ocasionar daños del sistema nervioso, riñones, hígado y cerebro).

La evidencia sobre diferencias sustanciales entre los alimentos orgánicos y los alimentos convencionales es insuficiente para afirmar que los alimentos orgánicos son más seguros o más saludables que los alimentos convencionales. En lo que respecta al sabor la evidencia también es insuficiente para realizar afirmaciones científicas de que los alimentos orgánicos tienen mejor sabor.

Alimentación Vegetariana

UNA FILOSOFÍA DE PROTECCIÓN ANIMAL Y A NOSOTROS MISMOS

La alimentación vegetariana, surge con el vegetarianismo o vegetarismo. Se trata de un régimen alimentario que tiene como principio la abstención en el consumo de productos  de origen animal, como el huevo, la leche, la gelatina o la miel. Con frecuencia, la dieta vegetariana no se reduce únicamente a la nutrición, ya que es probable que también se adopte una actitud y un estilo de vida que rechaza otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana; igualmente, se puede tender a una alimentación apoyada en principios ecologistas y naturistas.

Las palabras «vegetariano» y «vegetarianismo» aparecieron con la primera asociación vegetariana del mundo, la Vegetarian Society, fundada el 30 de septiembre de 1847 en Mánchester, Estados Unidos; por lo que antes de esa fecha tales palabras no aparecen en ningún escrito y a falta de ellas se habla de «dieta vegetal» o «dieta pitagórica» (debido a que los seguidores de Pitágoras seguían dietas vegetarianas).

Los vegetarianos aducen varios argumentos para justificar su dieta. Algunos señalan que se abstienen de ingerir carne por consideraciones de salud. Otros, lo hacen por preocupación por el medio ambiente. Están también quienes se oponen al consumo de productos de origen animal por razones éticas, así como aquellos que lo hacen sobre la base de motivos de índole religiosa (por ejemplo hindúes o budistas).

La dieta vegetariana, por motivaciones éticas está relacionada con la defensa de los derechos de los animales. Las personas que dejan a un lado el especismo, que es  discriminación contra quienes no están clasificados como pertenecientes a una o más especies determinadas, se denominan antiespecistas, y si no utilizan animales en sus vidas cotidianas, directa o indirectamente, son llamadas veganas. Este tipo de vegetarianos consideran reprochable la muerte del animal, y sobre todo su maltrato y explotación o especulación como bien, con el único fin de producir productos para el consumo humano.

Los vegetarianos estiman que el consumo de carne es producto de una elección voluntaria y por lo tanto puede ser rechazada y aun así llevar una dieta saludable. También consideran que el alimento que se dedica a engordar a los animales destinados a la alimentación, podría alcanzar para alimentar a todas las personas del mundo. En ese sentido, un estudio publicado en la revista estadounidense PETA, en ese país el 80 % del maíz y el 95 % de la avena que se cultivan son destinados al alimento de animales.

Por esto, la dieta vegetariana no puede contemplarse solo en términos de nutrición, sino que también conforma una actitud y estilo de vida, ya que es probable que un vegetariano rechace otras formas de utilización de los animales para producir bienes de consumo o para la diversión humana al igual que puede tender a apoyar su dieta alimenticia por razones ecológicas y naturalistas. Los hinduístas y budistas más estrictos, así como los jainistas estrictos reprueban el consumo de animales, en parte por seguir la sabia normativa de la ahimsa (no violencia) ya que, como el cristianismo preconizado por Francisco de Asís, todos los seres son hermanos y deben ser solidarios; sin embargo, cuando las situaciones extremas (por ejemplo la hambruna entre los humanos) algunos hinduístas y buddhistas o budistas aceptan el consumo de pescado siempre y cuando esos pescados por naturaleza no críen a su prole, tal cual lo ha expresado Indra Devi en los años 1980 de Argentina.

En la dieta vegetariana se acepta la cocción de los alimentos y el consumo de productos refinados (los más comunes son el azúcar y la harina), además de pastas blancas, frituras y alimentos en conserva o a los que se le han añadido colorantes o preservadores.

Hay distintos tipos y grados de prácticas vegetarianas. Quienes no admiten ninguna ingesta de productos derivados de los animales (como huevo o lácteos) son denominados vegetarianos estrictos o vegetarianos puros. Aquellos que sí consumen leche, se conocen como lactovegetarianos, mientras quienes consumen huevos son denominados ovovegetarianos. Las personas que consumen ambos productos, ovolactovegetarianos, y quienes ni se alimentan de nada animal ni usan productos provenientes o testados en ellos, se denominan veganos. Otro grupo lo forman quienes sólo se alimentan de fruta, los cuales  practican el frugivorismo; también los Apivegetarianismo, formado por quienes consumen miel. El prefijo api- también puede ser empleado en las demás definiciones, por ejemplo: api-ovo-lacto-vegetarianismo, apiovovegetarianismo, api-lacto-vegetarianismo.

Filosóficamente, están los seguidores del Veganismo, guiados por un pensamiento que excluye todo producto de origen animal, incluidos huevos, lácteos y miel. Los practicantes del veganismo (del inglés vegan) por motivos éticos, tienen una dieta vegetariana estricta y también evitan el uso de productos de origen animal en el resto de ámbitos de su vida. Asimismo, están quienes se identifican como Crudívoros, ya que  siguen una alimentación vegetariana en la que se consumen productos crudos, o ligeramente tibios, que no han sido calentados por encima de 46,7 °C (116 °F), y nunca cocidos. Los consumidores de productos crudos argumentan que el cocinar destruye las enzimas y porciones de los nutrientes, aunque algunos creen que el cuerpo asimila mejor ciertos alimentos si estos se encuentran ligeramente tibios y por ende más blandos. Otros activan las enzimas de los alimentos mojándolos en agua antes de consumirlos.

Vegetales entre  SI y NO

La dieta vegetariana tiene sus Sí y No cuando de beneficios al organismo se trata. Entre los beneficios están el bajo aporte de grasas saturadas que contienen los productos de origen animal, así como el nulo aporte de colesterol que sólo se encuentra en el reino animal. Además, con la dieta vegetariana se consume mayor cantidad de fibra,  más aun de cereales integrales, lo cual se ha asociado a una menor prevalencia de cáncer de próstata y colon. Otros beneficios están en su poder cardioprotector y su ayuda para prevenir la obesidad.

Un punto en contra de esta dieta está en su mala interpretación y práctica, ya que un vegetariano puede comer a diario fideos y patatas fritas con refresco, lo cual implicaría no incluir alimentos de origen animal pero al mismo tiempo, no incluir vitaminas, minerales ni fibra, entonces los beneficios de la dieta vegetariana quedarían limitados.

Además, algunas personas tienen más riesgos que otras siendo vegetarianas, ya que su salud podría estar amenazada si sufren de carencias de algunos micronutrientes, ya que el alto consumo de fibra puede impedir una correcta absorción de minerales y además, algunos nutrientes son escasos o nulos en el reino vegetal. Por ejemplo: la vitamina B12 se obtiene de productos cárnicos únicamente, por lo tanto, los vegetarianos pueden tener carencia de la misma y sufrir anemia como consecuencia de su déficit. Para obtenerla se puede recurrir a suplementos o a la incorporación de algas a la dieta diaria que adquieren vitamina B12 por síntesis bacteriana y por contaminación. Otro de los riesgos es sufrir carencia de hierro, porque el hierro de origen vegetal no se absorbe fácilmente y esto puede predisponer a anemias.

Por otra parte, el ácido graso Omega 3 es el gran destacado en los pescados, por eso los vegetarianos deben tener alternativas para incorporar este tipo de ácidos grasos buenos a su dieta, por ejemplo: por medio de aceite de oliva o de frutos secos. Además, las proteínas son siempre de origen vegetal y se sabe que las más completas y de mejor calidad nutricional son justamente de origen animal, por ello los vegetarianos deben cuidar su ingesta combinando alimentos que se complementan por carecer de aminoácidos esenciales algunos y otros no. Es el caso de las legumbres con los cereales que forman una combinación perfecta para obtener una proteína completa como la de la carne si se consumen juntas.

Alimentos funcionales

NUTRIENTES PREVENTIVOS DE ENFERMEDADES

Los Alimentos Funcionales (AF) son aquellos elaborados no sólo por sus características nutricionales, sino también para cumplir una función específica en el organismo,  como  mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades. A estos alimentos se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia o antioxidantes, entre otros. A esta operación de añadir nutrientes exógenos se le denomina también fortificación, lo cual es considerado un campo emergente de la ciencia alimentaria con amplias posibilidades de investigación. Entre los logros más mencionados en la literatura científica y en el marketing de los productos alimenticios se encuentra la mejora de las funciones gastrointestinales, el aporte de sistemas redox y antioxidante, así como la modificación  del metabolismo de macronutrientes.

El concepto de alimentos funcionales nació en Japón, en la década de los años 80, cuando las autoridades sanitarias de este país advirtieron que para controlar los gastos sanitarios, generados por la mayor esperanza de vida de la población anciana, había que garantizar también una mejor calidad de vida. Así, se introdujo un nuevo concepto de alimentos, que se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.

Los alimentos funcionales no han sido definidos hasta el momento por la legislación europea, ya que se considera que son aquellos que se consumen como parte de una dieta normal y que ofrecen beneficios para la salud. No obstante, en respuesta al creciente interés sobre este tipo de alimentos, han aparecido nuevos productos y ahora el interés se centra en la necesidad de establecer normas y directrices que regulen su desarrollo y publicidad.

La principal función de la dieta es aportar los nutrientes necesarios para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas, pero además existen cada vez más pruebas científicas que apoyan la hipótesis de que ciertos alimentos, así como algunos de sus componentes tienen efectos físicos y psicológicos beneficiosos, gracias al aporte de los nutrientes básicos. La ciencia de la nutrición ha evolucionado a partir de conceptos clásicos, como evitar las deficiencias de nutrientes y la suficiencia nutricional básica, a los conceptos de nutrición “positiva” u “óptima”.

En ese sentido, las investigaciones han pasado a centrarse más en la identificación de componentes biológicamente activos en los alimentos, que ofrezcan la posibilidad de mejorar las condiciones físicas y mentales, así como de reducir el riesgo a contraer enfermedades. Se ha descubierto que muchos productos alimenticios tradicionales, como las frutas, las verduras, la soya, los granos enteros y la leche contienen componentes que pueden resultar beneficiosos para la salud. Además de éstos, se están desarrollando nuevos alimentos que añaden o amplían componentes beneficiosos, por las ventajas que suponen para la salud y sus convenientes efectos psicológicos.

Legalización de un concepto de dieta medicinal
En Europa, ha aumentado considerablemente el interés de los consumidores por conocer la relación que existe entre la dieta y la salud. Hoy en día, la gente reconoce en mayor medida, que llevar un estilo de vida sano, incluida la dieta, puede contribuir a reducir el riesgo de padecer enfermedades y dolencias, y a mantener el estado de salud y bienestar. El apoyo que se está dando a la importancia de alimentos como las frutas, las verduras y los cereales integrales en la prevención de enfermedades, así como las últimas investigaciones sobre los antioxidantes dietéticos y sobre la combinación de sustancias protectoras en plantas, está contribuyendo a impulsar el desarrollo del mercado de los alimentos funcionales en Europa.

La necesidad de contar con alimentos que sean más beneficiosos para la salud, también se ve apoyada por los cambios socioeconómicos y demográficos que se están dando en la población. El aumento de la esperanza de vida, que tiene como consecuencia el incremento de la población anciana y el deseo de gozar de una mejor calidad de vida, así como el aumento de los costes sanitarios, han potenciado que los gobiernos, los investigadores, los profesionales de la salud y la industria alimenticia busquen la manera de controlar estos cambios de forma más eficaz.

Actualmente, existe una gran variedad de alimentos a disposición de los consumidores, pero  la prioridad es identificar qué alimentos funcionales pueden mejorar la salud y el bienestar y reducir el riesgo o retrasar la aparición de importantes enfermedades, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la osteoporosis. Si los alimentos funcionales se combinan con un estilo de vida sano, pueden contribuir de forma positiva a mejorar la salud y el bienestar.

Desde finales del siglo XX las autoridades sanitarias de todo el mundo expresan preocupación  respecto a la educación del consumidor sobre el consumo y las propiedades atribuidas a los alimentos funcionales. Oficialmente se le exige a la población que el consumo de estos alimentos sea parte de una dieta equilibrada y en ningún caso como un substituto de la misma. A pesar de este crecimiento en la demanda, la comunidad científica mundial se encuentra evaluando la idoneidad para la salud humana del consumo de este tipo de alimentos, sobre todo si se consideran consumos a largo plazo.

Quienes defienden los postulados de la alimentación funcional, sostienen que la misma cubre un amplio espectro de posibilidades que pueden ir desde simples cereales y sus productos lácteos diversos, hasta pasar por alimentos de diseño. Debido a esa diversidad y a la falta de una denominación legal sobre este tipo de alimentación, se han creado múltiples definiciones al respecto, permitiendo hablar de alimentos de diseño, nutracéuticos, alicamentos y farmalimentos, los cuales pueden considerarse prácticos, pero con matices distintos.

Sin embargo, algunas agencias internacionales y organismos gubernamentales de algunos países encargados de vigilar la salud alimentaria, como el el Food Information Council (FIC),   han redactado pequeñas definiciones genéricas sobre la alimentación funcional, coincidiendo en que “son aquellos alimentos que proporcionan beneficios para la salud más allá de la nutrición básica”. Este concepto ha servido de base para que en el séptimo programa marco de la Unión Europea se hiciera hincapié en la necesidad de acciones de investigación, desarrollo tecnológico y demostración científica.

¿Cuándo un alimento se convierte en funcional?

  1. El proceso de fortificar o hacer que un alimento sea funcional se concreta si en su preparación se cumplen estas operaciones:
  2. Eliminación de un componente alimenticio conocido como causante o determinante de una enfermedad. Ejemplos pueden ser las proteínas alergénicas de ciertos alimentos, la eliminación de la lactosa de ciertos productos lácteos.
  3. Incremento en la concentración de un componente alimenticio. Esta operación de fortificación, o añadidura de un componente activo, hace que la dosis diaria del mismo se acerque a las recomendaciones de los organismos reguladores, lo que a la larga redundará en una disminución de riesgos de enfermedad.
  4. Adición de un componente que no está presente en la mayoría de los alimentos. No necesariamente debe ser un macronutriente o un micronutriente.
  5. Reemplazo de macronutrientes. Por regla general un macronutriente (como puede ser la grasa).
  6. Incrementando la biodisponibilidad o estabilidad de un componente conocido con el objeto de producir un efecto funcional o reducir la aparición de enfermedades.
Alimentación Vegetariana

Alimentación Vegetariana

Algunos de los alimentos funcionales se han diseñado para cubrir ciertos aspectos que se traducen en beneficios gastrointestinales, cuyas funciones incluyen aquellas que están asociadas a la microflora bacteriana en el colon, mediar en la actividad endocrina del tracto gastrointestinal, actuar sobre la actividad inmune del tracto, control de la biodisponibilidad (sobre todo de minerales) y control del tiempo de tránsito. También son Sistemas redox y antioxidante, los cuales requieren un insumo balanceado de antioxidantes y (pro-) vitaminas,  así como de componentes alimentarios, tales como los polifenoles y otros antioxidantes naturales de origen vegetal. Las actividades redox y la protección antioxidante son muy importantes para las células y tejidos y su desequilibrio se asocia con la aparición de diversas enfermedades.

Los alimentos funcionales también actúan en el metabolismo de macronutrientes, el cual es específico del metabolismo de carbohidratos, metabolismo de aminoácidos, y ácidos grasos. De igual forma, ayudan al feto a través de un componente fundamental para la nutrición como el ácido fólico. Otro elemento está en actuar sobre el metabolismo xenobiótico y su modulación mediante componentes no-nutritivos, tal y como algunos fitoquímicos. Por último, tienden a modificar el humor y la capacidad psicológica.

En conclusión, los alimentos funcionales, consumidos como parte de una dieta equilibrada y acompañados de un estilo de vida saludable, ofrecen la posibilidad de mejorar la salud y/o prevenir ciertas enfermedades. El tema de las alegaciones de salud cada vez se considera más importante, y la opinión generalizada es que sería necesario un marco regulador dentro de la Unión Europea para proteger a los consumidores, fomentar el comercio justo y potenciar la innovación de productos dentro de la industria alimentaria. El mayor reto para los científicos actualmente y en el futuro será investigar las posibilidades en cuanto a nutrición y estudiar la relación existente entre un alimento o uno de sus componentes y la mejora del estado de salud y bienestar o la disminución de enfermedades. Es también vital comunicar a los consumidores los beneficios que suponen para su salud, de manera que estén bien informados para poder escoger mejor los alimentos que consumen.